Si hay algo que viene repitiendo seguido Ricardo Zielinski es que después del choque por los octavos de final de la Copa Argentina contra Sarmiento, el miércoles en Salta, la vida de su plantel volverá a ser “normal”. Al fin podrá respirar. Eso significa que ya no habrá tanto sobresalto y partido entre semana, como sí lo hubo para el “Decano” desde que comenzó el segundo semestre del año, el 11 de julio pasado, con la primera parte de la eliminatoria con Oriente Petrolero, por la Copa Sudamericana.
En un grupo que en su mayoría no tuvo vacaciones ni en julio ni en enero, cada semana “cortada” con dos partidos fue darle un plus de ventaja a sus rivales de la Superliga. Por eso perdió puntos y frescura, afirman. Por eso cedió en intensidad en la cancha. Por eso le cuesta ser el fue que cuando se enfrentó con Independiente o Godoy Cruz, hace poquito en el Monumental. Aún disponía de reservas físicas. Entonces Zielinski suspira cuando mira el futuro sabiendo que la agenda viene un tanto más descomprimida.
¿Hacia donde tiene que dirigirse nuevamente Atlético?: hacia el comienzo de su gestión. Lo mejor que supo plantear en el campo fue la presión. Así dominó a los bolivianos, al “Rojo”, por Sudamericana y Copa Argentina, y también a los mendocinos. A Godoy Cruz, Atlético le ganó porque lo ahogó.
Ante Belgrano, en lo que fue el octavo partido de Atlético desde el 22 de agosto al 29 de septiembre, Zielinski describió tal cual lo que ningún técnico quiere asumir. “Faltó frescura para manejar la pelota; faltó intensidad. Todo lo que el equipo venía desarrollando antes no se vio”. De hecho, el entrenador no se guardó una pizca de crítica. “Ha sido el peor partido desde que estoy yo, especialmente por como jugamos el primer tiempo”. Al “Ruso” no le gustó nada de lo producido ante el “Pirata”.
¿Por qué? “Porque no tuvimos medianamente cambio de ritmo. Belgrano nos saltaba una línea. Jugaba permanentemente con el nueve y a nosotros eso ya nos complicaba”. Con aire, todo hubiera sido diferente, admite el entrenador.
Revancha para todos
En el apartado del “debe”, el trajín hizo que quien no venía en buen nivel lo baje más. No está Luis Rodríguez (lo van a esperar para que viaje a Salta) y la delantera se quedó sin pimienta.
Ismael Blanco, el centrodelantero que más tiempo estuvo con “Pulguita”, está lejos de producir lo que Cristian Menéndez y Fernando Zampedri. Esa es su cruz; el pasado. Lo mismo sucede para el combativo Mauricio Affonso, que el viernes casi rompe el maleficio con un cabezazo que dio en el palo. Hubiese sido el 1-0 de la victoria. En definitiva, Sarmiento significa una revancha emotiva para Atlético y sus jugadores. Significa, además, el último esfuerzo antes de volver a la normalidad.