Finalmente, para 2018 la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) recibiría $600 millones menos de lo que había solicitado. Ocurre que el Rectorado había elevado al Ministerio de Educación de la Nación una previsión de gastos de $5.000 millones. Sin embargo, en la planilla global que ingresó al Congreso para su análisis figuran $4.405 millones; de los cuales $17 millones son para Salud; $4.300, para Educación y Cultura; y $8 millones, para Ciencia y Técnica. En este ejercicio administra unos $ 3.456 millones.
En total, para las 56 universidades públicas del país se asignarían $ 100.824 millones (para este año fueron $77.000 millones). Desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que nuclea a los rectores de las universidades, señalaron que el nuevo monto será insuficiente y que necesitarían al menos $ 107.000 millones, por lo que acudirán al Gobierno y al Congreso para reclamar un incremento.
La rectora de la UNT, Alicia Bardón; y el vicerrector, José García, coincidieron en que no tenían noticias oficiales sobre los montos aprobados para la universidad que conducen. Un tanto resignada, Bardón recordó que es “histórico” que a la UNT no se le asigne lo que pide inicialmente.
Desde la Nación manifestaron que se trata de un muy buen presupuesto. “Salió mejor de lo previsto. Un total de $100.800 millones, de los que $93.900 van a la ‘planilla A’, distribuido entre universidades; y $ 1.500 millones para programas especiales (Ciencia y Técnica, nuevas universidades, incentivos, entre otros)”, sostuvo Paulo Falcón, director de Gestión Universitaria de la Nación.
Lo que más defienden desde el Ministerio es que el presupuesto creció más que la inflación, que fue tradicionalmente el parámetro para conceder los aumentos. “Creo que es un interesante presupuesto en términos relativos, particularmente si se compara el aumento presupuestario con pauta inflacionaria”, sostuvo Falcón.
En cuanto a los reclamos, el funcionario dijo que es “razonable que la comunidad reclame más fondos para la universidad”. “Siempre es deseable que la Educación, la Ciencia y la Técnica tengan mejor presupuesto”, agregó. Según Falcón, si el presupuesto se aprueba tal cual está en el Congreso, el funcionamiento del sistema universitario estará “más que garantizado”.
En 2016, durante la aprobación del presupuesto para este año surgió una “planilla B”, que establecía el reparto de $1.028 millones “extras” entre 22 universidades. Esto generó malestar en el seno del CIN. Falcón confirmó que finalmente esos montos no se adjudicaron, la razón más fuerte fueron las quejas de las universidades que habían quedado afuera. “Se trató de una planilla que se generó en el Congreso y al margen del Gobierno y del CIN”, remarcó el funcionario.