Parecía condenado a caer a la Primera B liguista, pero sacó fuerzas desde adentro para dar vuelta una historia que pintaba bien coplicada.
Concepción FC derrotó a Tucumán 2 a 1, tras iniciar el juego en desventaja, zafó del descenso y condenó al “Rojo” de Villa Alem.
Un cabezazo letal de Damián Briseño, cuando al juego le quedaban algo más de cinco minutos le permitió al “Cuervo” asegurar la salvación. Con este resultado, Tucumán Central y Ateneo Parroquial Alderetes perdieron su lugar en la máxima categoría y en 2018 jugarán en el fútbol de ascenso.
Tucumán Central pegó primero y parecía que la salvación era un hecho. Los dirigidos por Marcelo Carugatti se pusieron en ventaja con un tanto de Luis Villoldo. Pero la alegría les duró poco.
José Saavedra, de penal, niveló la lucha, antes del descanso. Ese 1 a 1 parcial también favorecía a los de Villa Alem. Sin embargo, Concepción FC no se resignó y fue con todo al frente.
El “Rojo” perdió a Cristian Ortiz y a Marcelo Albornoz, quienes se fueron expulsados y el “Cuervo” sacó provecho de la ventaja númerica. Cuando quedaban siete minutos para el final y Tucumán Central defendía con uñas y dientes la diferencia, Facundo Albornoz lanzó un córner perfecto para que Briseño sentencie la salvación sureña.
“Gracias a Dios pude convertir para asegurar la permanencia. Se lo dedico a toda la gente que confió en nosotros y que estuvo a pesar de los malos momentos que pasamos. Esta alegría también va para los que nos quisieron ver mal”, sentenció Briseño en diálogo con LG Deportiva, mientras festejaba la salvación.
“Comenzamos perdiendo y ellos estaban más cerca del 2-0. Por suerte pudimos dar vuelta la historia”, agregó.
Por su parte, Marcelo Carugatti, DT de Tucumán Central, lamentó el descenso. “En el primer tiempo tendríamos que haber definido el partido. Cuando estábamos 1 a 0 tuvimos dos muy claras, pero les perdonamos la vida. Estamos destruidos porque somos del club y del barrio. Hay que levantarse”, sentenció.