Sería una banda tan poderosa que la mayoría de sus víctimas nunca se atrevieron a denunciarla. Amenazas con armas de fuego, aprietes y una presunta complicidad con la Policía les habrían asegurado el éxito en su accionar, que tenía un solo objetivo: apoderarse de propiedades y vehículos de alta gama. Esas maniobras habrían convertido en millonarios a sus miembros, de la noche a la mañana.
Quienes investigan el caso aseguraron que la mayoría de los miembros de este grupo pertenecen a una misma familia y que estaría comandada por tres personas: Luis Rubén Reynoso (p), Luis Rubén Reynoso (h) y Carlos Ortiz. Además tienen sospechas firmes de que entre sus integrantes habría al menos dos personas que estarían ligadas al Clan Ale, que actualmente está afrontando un Tribunal en la Justicia Federal.
El Clan Reynoso -como lo llaman los investigadores- es oriundo de Tafí Viejo, donde habría cometido la mayoría de las estafas. Actualmente la Justicia investiga 17 hechos en los que se habrían apoderado de inmuebles y vehículos ajenos, por medio de violencia física y aprietes. Sin embargo, están convencidos de que las víctimas son muchas más.
“Quiero pedirles a todas las personas que hayan sufrido algún delito por parte de esta gente que se acerquen a tribunales y efectúen la denuncia para que podamos actuar”, pidió el fiscal Diego López Ávila, a quien le encomendaron que unificara todas las causas que existen contra los Reynoso. “Hay denuncias en distintas fiscalías; varias ya fueron archivadas y otras no, pero sospechamos que hay más víctimas por la manera que venían actuando en los últimos años”, aclaró.
López Ávila se limitó a confirmar a LA GACETA que ayer le había encomendado a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) los allanamientos de nueve propiedades ubicadas en Tafí Viejo y que cuatro personas habían sido detenidas antes del mediodía, Se trata de los acusados de ser los cabecillas y de Marcelo Reynoso, hijo de Luis Rubén padre. Su hermano Horacio estaría en Catamarca, pero ya habría sido notificado del pedido de detención en su contra. Según trascendió, la defensa lo presentaría hoy en Tribunales. Respecto a otros detalles de la causa, el fiscal prefirió ser cauto y advirtió que por el momento no puede revelar más datos.
Autos secuestrados
Fuentes del caso comentaron que durante los procedimientos pudieron secuestrar varios autos de alta gama (aseguraron que en una sola propiedad había 10 vehículos costosos), una fuerte suma de dinero en efectivo que aún no fue precisada por las autoridades, armas de fuego y boletos de compraventa de vehículos y de propiedades inmuebles.
Policías en la mira
Los allanamientos comenzaron ayer al amanecer. Unos 100 efectivos de la PSA (a los agentes de esta provincia se sumaron los de Salta y de Santiago del Estero) causaron revuelo en Tafí Viejo. “La verdad es que (los Reynoso) tienen fama de pesados en la ciudad. Todo el mundo sabe que andan en cosas complicadas, pero hasta el momento nadie les había hecho nada. Ahora veremos qué hacen con ellos, porque siempre corrieron versiones de que eran tipos con muchos contactos”, describió Sonia Berral, oriunda de esa ciudad.
Precisamente, las fuentes explicaron que López Ávila encargó esa tarea a la PSA debido a que existen sospechas de que efectivos de la Policía de Tucumán habrían encubierto al Clan Reynoso. “Según dijeron algunas víctimas, cuando se presentaban a denunciar a la banda, sus miembros se enteraban inmediatamente y comenzaban a apretarlos”, contó una fuente.
En ese sentido, mencionó el caso de un policía de Infantería que fue testigo de esa presunta complicidad. “Una noche, este policía iba manejando su auto y, sin querer, atropelló a una mujer. El hombre paró, bajó del auto y apareció un grupo de gente que le pegó una paliza y le arrebató el arma reglamentaria. Cuando el policía se dirigió a la Regional Norte para denunciar el hecho, cayó de nuevo el grupo y lo golpeó delante de todos los policías. También amenazaron de muerte a su novia. Todo en la puerta de la Regional y ante la mirada de los policías”, relató la fuente.
“Sobre ellos se escucharon muchas historias. Lo único cierto es que movían muchísimo dinero y nadie sabía cuál era su origen”, contó el vecino Juan Carlos Flores.