Al personal de la División Homicidios le llevó un año ubicarlo. Lo buscaron en Santiago del Estero, Salta, Jujuy y Buenos Aires hasta que recibieron un dato: cada vez que regresaba a esta provincia, dormía en dos casas. Ayer lo fueron a buscar y lo encontraron durmiendo: se trata de Maximiliano “Maxi” Véliz, principal sospechoso del crimen del joven José María Papa.
El homicidio ocurrió en julio de 2016. La víctima, que trabaja en una cadena de jugueterías, había salido de trabajar y fue ver a su novia en el barrio Juan XXIII (conocido como “La Bombilla”). Cuando transitaba por Thames al 1.200, fue interceptado por dos jóvenes que pretendieron quitarle la moto. Papa se habría resistido y recibió un disparo en el pecho. Los investigadores, al mando de los comisarios Hugo Cabezas y Daniel Cuellar, recibieron información sobre el caso y lograron aprehender a un tal “Porteño”.
Al principio se pensó que la víctima había ido a comprar drogas, pero esa versión quedó descartada por los familiares del chico. En tribunales, el sospechoso - que está alojado en el penal de Villa Urquiza-, habría reconocido su participación en el hecho, pero acusó a “Maxi” como el tirador.
Por un trabajo de inteligencia desarrollado por la oficial Susana Monteros, los pesquisas descubrieron que cada tanto, Véliz regresaba a la provincia y utilizaba varios domicilios para ocultarse. Ayer, con colaboración del Grupo Cero y el 911, allanaron esas casas y lo ubicaron en el barrio San Miguel.
“Maxi”, de 27 años, tiene antecedentes por robo de motos y, según los pesquisas, podría ser soldadito de uno de los clanes que pelean por el negocio del narcomenudeo en “La Bombilla”, el barrio San Miguel y en El Manantial, lugares donde fueron trasladadas varias familias del Juan XXIII, “El Sifón”, Villa Piolín y El Triángulo.
Su hermano, Marcelo “Machito” Véliz, en un polémico juicio fue absuelto por el homicidio de Luciano Molina, ocurrido en septiembre de 2011. La víctima caminaba por Thames y pasaje Carrone y quedó en medio de un tiroteo entre dos bandas. En la audiencia se supo que el enfrentamiento se inició porque un tal “Tatana” le había sustraído drogas que presuntamente comercializaban los Véliz en el barrio.
El tribunal, integrado por Carlos Caramutti, Dante Ibáñez y Rafael Macorito, terminó absolviendo a “Machito” por entender que no había evidencias para determinar que él hubiera sido el autor del disparo mortal. Los jueces ordenaron que se investigue la participación de Osvaldo Véliz -hermano del absuelto y de “Maxi”- y que se remitieran las actuaciones a la Justicia Federal, al entender que durante la audiencia se encontraron numerosos indicios de venta de drogas en la zona.