Uno de los objetivos se cumplió. Tucumán conquistó la medalla de bronce en el Argentino de Selecciones Sub 16 de damas que concluyó ayer en nuestra provincia al derrotar a Salta por 3 a 2.
El equipo “Naranjita” iba perdiendo 1 a 0 pero dio vuelta el partido con dos goles de Paula Santamarina y otro de Constanza Suárez. Los tantos salteños fueron marcados por Martina González Saavedra y Camila Raposo.
Las locales tomaron el control del partido en el complemento. Santamarina estableció el 1 a 1 y tres minutos después pasaron al frente con el tanto de Suárez. Más tarde llegó un penal para el equipo “naranja” y la chance de estirar la ventaja pero el envío de Santamarina se fue desviado. Esa jugada pasó a tener un valor agregado cuando el visitante estableció la igualdad a través de Raposo. El rostro de Santamarina lo decía todo. Sabía que si no hubiese desviado ese penal su equipo seguiría en ventaja. Pero a siete minutos del final llegó la revancha para la jugadora tucumana, quien marcó el gol de la victoria (3-2) que aseguró la medalla de bronce. “Estoy muy feliz. El objetivo era subir a un podio. Este equipo lo merecía. En el penal sentí que el mundo se me venía abajo y pensé: ‘perdemos por mi culpa’, pero aprovechamos las oportunidades y por suerte ganamos. Les dedico este triunfo a mis compañeras”, concluyó Paula.
Por su parte, Martina Contreras (jugadora de “Uni”) agregó: “teníamos mucha confianza. Quedó demostrado que este equipo estaba preparado para llegar al podio. Este triunfo se lo dedico a mi familia que me bancó y a todo el plantel”.
Los varones llegaban invictos pero ayer no pudieron plasmar su efectividad en el arco rival y cayeron en el cotejo por el tercer puesto ante Litoral, 5 a 1. Los goles de Litoral los marcaron Lautaro Morandin, Ignacio Aimar, Santiago Micaz, Juan Ignacio Montrasi y Agustín Morad. Descontó Agustín Soler para los anfitriones
Pese a quedar cuarto, el conjunto tucumano cumplió una excelente actuación guiado por Ignacio Nardolillo, Tomás Barrientos y Valentín González, entre otros.
Los dirigidos por Miguel Dular no dejaron dudas de que en el hockey masculino hay un buen semillero.
En damas y en caballeros, el campeón fue Buenos Aires.
ANALISIS
Es mucho mejor alentar que insultar
Teresa Barrionuevo - LG Deportiva
Era una fiesta pero algunos no lo entendieron así mancharon el Argentino de Selecciones Sub 16 de damas y caballeros que se jugó en nuestra provincia. El mismo público que le hizo sentir su apoyo a los seleccionados locales, en la última jornada arruinaron todo lo bueno de los días previos. Algunas personas se dedicaron a insultar a los árbitros y eso no corresponde. Tal vez el nivel que mostraron no fue bueno, pero nada justifica una reacción de ese tipo.
Los malos ejemplos no terminan ahí. Integrantes de varias delegaciones les faltaron el respeto a los oficiales de la mesa de control. Vergozoso e injustificado porque ellos formaron parte de lo que fue una excelente organización que estuvo a cargo de la Asociación Tucumana. Por algo esta provincia está calificada como una de las mejores plazas para organizar torneos.
Hay que bajar un cambio. En esta categoría los equipos están en plena formación. El resultado no es lo más importante
En la cancha hay que alentar y no insultar. La falta de respeto no puede permitirse. El hockey es un deporte amateur. Los barra bravas existen en el fútbol. En la antesala de los partidos el público arrojó serpentinas; alentó y le puso color al espectáculo. Sin embargo, algunos parecían dispuestos a arruinar todo lo bueno que rodeó a los partidos. Cuando las encargadas de mesa de control estaban despejando la cancha para por permitir que comenzara el partido, desde las tribunas siguieron arrojando papeles obligando a postergar el inicio.
Esas personas que insultaron y se comportaron de forma irrespetuosa con los oficiales de mesa de control deberían reflexionar. No son un buen ejemplo para jugadores ni para sus hijos. En el hockey, el público tucumano se caracterizó por ser respetuoso. El comportamiento mostrado ayer por algunas personas fue lamentable. Ojalá no vuelva repetirse.