Pocas cosas dan tanto terror a una persona con discapacidad como una entrevista laboral. Cuando el postulante aparece el empleador palidece. No puede ocultar su sorpresa. “No es lo que esperaba. A mí también me costó mucho entenderlo”, reconoce María Moya, discapacitada motriz. “Los empleadores tienen un determinado perfil. Por eso si de entrada no decís que sos discapacitada ni siquiera te dan la chance de presentarte”, afirma la joven. María es una luchadora por la ley que exige que al menos el 4% del personal de una empresa tenga una discapacidad.
“Muchos creen que el 4% es un tope cuando en realidad es el piso”, aclara María, que se considera una privilegiada por tener un trabajo. “Yo sé que la mayoría no tiene esa posibilidad”, sostiene. Ella invita a todos los discapacitados a participar el 25 de octubre del primer encuentro donde las personas con discapacidad serán las protagonistas. Ellas expondrán sus problemas en salud, trabajo, educación, legislación, transporte y recreación. También habrá mesas de debates para profesionales, padres y familiares.
La cita será de 8 a 17 en el club Central Córdoba. La organización y la convocatoria estuvieron a cargo de la Federación Regional de Ayuda al Insuficiente Mental del NOA, el programa Proposiciones (de Radio Universidad), la revista Capacitados y Comunidad Asociación Civil, que trabaja con la comunidad sorda.
“En lo personal sufro los obstáculos en las veredas, las motos que se estacionan en lugares incorrectos, cruzadas y sin cadena, con el riesgo de que si las toco con el bastón se me vienen encima”, apunta Adrián Bautista, no vidente. “Pero los más peligrosos son los obstáculos a media altura, las ventanas abiertas para afuera y los aires acondicionados. Cuando uno se golpea nadie se hace cargo. A nadie le importa. Lo mismo que las veredas. El 80% están destruidas y encima no hay rampas, las baldosas están flojas y rotas, además de ser muy angostas”, ennumera. Adrián es locutor y trabaja en un programa televisivo y en Radio 10.
Cristina Roldán es colaboradora social y discapacitada motriz. Reniega por los autos en doble fija que impiden que los colectivos estacionen juno a la vereda. Los ómnibus no tienen rampas para discapacitados. Los bares son pequeños y no tienen lugar para una silla de ruedas. Adrián, Cristina y María convocaron junto a los organizadores a todos a participar.