Como si fuera una guirnalda con luces que van encendiéndose de a una, primero lentamente y después con mayor rapidez. Así es lo que está pasando con la calle Corrientes, desde Laprida hacia el bajo. Una zona que siempre fue más bien residencial y territorio de consultorios médicos y de laboratorios, poco a poco (o mucho a mucho) está transformándose en un circuito gastronómico, joven y de diseño. Un “mini Palermo”, comentan los propietarios de algunos negocios, entre la expresión de deseo y lo que se imaginan para los próximos cinco años.

Corrientes primera cuadra: la pinturería, una casa de antigüedades, un zapatero, deliveries de comida y un viejo centro médico abandonado. Solamente un spa y dos edificios nuevos hablan de una modernización en proceso. Pero a partir de la segunda cuadra el panorama cambia: tres cafés, uno que abrió este año, se apiñan en las esquinas de Corrientes y Balcarce, y puede decirse que se convierten en el portal -a contramano- del “corredor Corrientes”.

En esa segunda cuadra se suman un bar de tragos y un restaurante de sushi, ambos con algunos años ya funcionando. En la siguiente cuadra, Corrientes al 200, aparece una tienda de café y paletas heladas abierta hace pocos meses, con una decoración que le cambia el aspecto a toda la calle. En la cuadra siguiente, entre Virgen de La Merced y Laprida, se suman un multiespacio de arte y café, dos tiendas de diseño y decoración, peluquerías, un solárium y la hamburguesería de moda en barrio Norte. En esta última arteria se concentra la mayor parte de las novedades de la Corrientes.

Experiencias

Cuando Laura Molina se enamoró del pequeño local en Corrientes al 300, la gente de su entorno trataba de disuadirla. Que ahí no hay nada, que es una muerte, que es oscuro, que es zona residencial, le decían. “Y era cierto, todo eso era cierto -apunta ella-, pero yo tenía la intuición de que la zona iba a cambiar. Ahora se está activando muchísimo y muy rápido, estamos todos muy entusiasmados”, sostiene Molina, propietaria de la tienda de arte que en los próximos meses se convertirá en un café abierto al público.

Intuición y comodidad, porque Molina vive desde hace muchos años en el barrio. “Siempre fue una zona bastante desolada. Recién este año cortaron los árboles, pusieron luces led y cobró más vida. Aumenta el tránsito y cuantas más opciones haya, nos beneficiamos todos. La gente de barrio Norte le escapa al microcentro, quiere bajar del edificio y tomar un café o comprar un regalo si le hace falta ahí no más, y eso está pasando ahora. Estoy chocha, me imagino un mini Palermo acá”, confiesa.

Gonzalo Terán es uno de los últimos comerciantes que se afincó en esa cuadra. A mediados de junio puso una hamburguesería gourmet y ahora los clientes hacen cola en la puerta para entrar. Un éxito esperado, pero impensado, dice Terán, también criado en barrio Norte. “Queríamos en barrio Norte sí o sí, porque apuntamos a adultos jóvenes, de 25 para arriba. Para mí siempre fue una cuadra medio muerta la Corrientes para abajo, el centro de barrio Norte fue siempre la Marcos Paz, pero el local que encontramos se adaptó a lo que necesitábamos y funciona”, cuenta el emprendedor.

Según Terán, toda la zona se está perfilando hacia ese target, solteros o matrimonios jóvenes. “Están haciendo muchos edificios, casi todos tienen, como máximo, dos dormitorios. El desarrollo inmobiliario en la zona no está apuntando a familias, sino a gente joven que circule por ahí. Yo creo que, cómodamente, en cinco años estará lleno de opciones”, avizora.

Los comerciantes coinciden en que, cuantas más propuestas se sumen, el beneficio será para todos. “No nos asusta la competencia, porque nos sirve de mucho a todos que se arme un circuito, que la gente vaya de un lugar a otro. A todos nos conviene. Y eso es lo que está pasando”, enfatiza Terán.

el perfil del público 
Una zona tranquila, para mayores de 30
Uno de los primeros locales de la zona, casi solitario en sus inicios, estuvo dedicado al sushi, en la Corrientes al 100. Parecía una apuesta demasiado arriesgada, pero funcionó y fue el puntapié para iniciar el “corredor Corrientes” que está en plena formación. “A nosotros nos interesaba que fuera una zona linda y muy tranquila, lo opuesto al centro. Gente un poco más grande, parejas que buscan tranquilida... Ese fue y es nuestro público desde el principio”, cuenta Ignacio Fossati, propietario del restaurante.  Por supuesto, ve con muy buenos ojos la explosión comercial de la zona, porque considera que beneficia a todos. “Si uno lo compara con la calle Maipú (entre Santa Fe y Marcos Paz), por ejemplo, que está muy desarrollada, se da cuenta de que son otros públicos; en la Maipú es gente mucho más chica, estudiantes, más masivo. En la Corrientes, en cambio, se perfila más para un público de 30 años o más”, compara.
Fossati reconoce que uno de los problemas es el estacionamiento, pero destaca que haya al menos tres cocheras donde se puede dejar el auto, una de ellas en Corrientes al 100.
 
la Mirada inmobiliaria
Locales con poco espacio, pero          decorados con mucha creatividad
“Los locales disponibles para alquilar en la Corrientes, desde Laprida hacia abajo son, bastante pequeños. Las propiedades más grandes están a la venta y casi siempre se destinan a edificios. Quienes alquilen para poner un local comercial deben tener una muy buena idea de cómo aprovechar el espacio e invertir bastante en diseño”, analiza Elizabeth Mercado, del área administrativa de la inmobiliario Schilmann, que trabaja fuertemente en esa zona. Mercado reconoce que hay una expansión comercial en esas cuadras, históricamente destinadas a fines residenciales, pero también advierte ciertas limitaciones: “el tema del estacionamiento es un problema. Las calles se saturan y en esas cuadras no hay locales grandes como para poner cocheras”.

> El perfil del público 
Una zona tranquila, para mayores de 30

Uno de los primeros locales de la zona, casi solitario en sus inicios, estuvo dedicado al sushi, en la Corrientes al 100. Parecía una apuesta demasiado arriesgada, pero funcionó y fue el puntapié para iniciar el “corredor Corrientes” que está en plena formación. “A nosotros nos interesaba que fuera una zona linda y muy tranquila, lo opuesto al centro. Gente un poco más grande, parejas que buscan tranquilida... Ese fue y es nuestro público desde el principio”, cuenta Ignacio Fossati, propietario del restaurante.  Por supuesto, ve con muy buenos ojos la explosión comercial de la zona, porque considera que beneficia a todos. “Si uno lo compara con la calle Maipú (entre Santa Fe y Marcos Paz), por ejemplo, que está muy desarrollada, se da cuenta de que son otros públicos; en la Maipú es gente mucho más chica, estudiantes, más masivo. En la Corrientes, en cambio, se perfila más para un público de 30 años o más”, compara.
Fossati reconoce que uno de los problemas es el estacionamiento, pero destaca que haya al menos tres cocheras donde se puede dejar el auto, una de ellas en Corrientes al 100. 

> La Mirada inmobiliaria
Locales con poco espacio, pero decorados con mucha creatividad

“Los locales disponibles para alquilar en la Corrientes, desde Laprida hacia abajo son, bastante pequeños. Las propiedades más grandes están a la venta y casi siempre se destinan a edificios. Quienes alquilen para poner un local comercial deben tener una muy buena idea de cómo aprovechar el espacio e invertir bastante en diseño”, analiza Elizabeth Mercado, del área administrativa de la inmobiliario Schilmann, que trabaja fuertemente en esa zona. Mercado reconoce que hay una expansión comercial en esas cuadras, históricamente destinadas a fines residenciales, pero también advierte ciertas limitaciones: “el tema del estacionamiento es un problema. Las calles se saturan y en esas cuadras no hay locales grandes como para poner cocheras”.