A la Superliga le costó nacer. Los que querían ser padres del proyecto eran los clubes grandes y eso no era visto con buenos ojos por los otros. Luego de un año de idas y vueltas, a fines de julio se firmó un acuerdo de coordinación entre la AFA y la Superliga, que se estructuró para manejar exclusivamente el torneo de Primera y tendrá potestad absoluta en el armado del fixture del torneo. Para la AFA le quedará el manejo del fútbol de ascenso, el Consejo Federal y la Selección, además de la designación de árbitros.
La Superliga irrumpe buscando un estado saludable para los clubes. La intención es que las instituciones dejen de lado viejas crisis económicas y comiencen a crecer, institucional y económicamente.
Términos como “fair play financiero” comienzan a popularizarse en el fútbol argentino. El juego limpio de los números básicamente intentará borrar, progresivamente, las deudas; controlar los gastos y sancionar con la quita de puntos a los clubes que sigan generando deudas.
Para comandar el nuevo organismo se eligió alguien sin antecedentes en el fútbol: Mariano Elizondo (foto). El flamante CEO, director ejecutivo o presidente (como prefiera llamarlo) tiene un objetivo preciso: generar plata para los clubes. Su currículum dice que es contador recibido en la UBA y administrador de empresas. Además, tiene posgrados en Londres y Boston.
Será secundado por tres dirigentes del ambiente del fútbol: Jorge Brito (River), Matías Lammens (San Lorenzo) y Carlos Montagna (Independiente). Además, Matías Ahumada será el gestor para comercializar lo que se considera el producto: la Superliga.
El torneo que comienza este fin de semana tendrá 28 equipos que jugarán a una rueda todos contra todos, sin fecha de clásicos. Como se busca volver a un torneo de 20 equipos, en las cuatro primeras temporadas habrá cuatro descensos y dos ascensos desde la B Nacional.
El calendario deportivo se desarrollará de agosto a junio para favorecer la comercialización del producto en Europa. Elizondo deberá promocionarlo con un aliado fundamental que será la televisación. En ese sentido la venta de derechos televisivos que concretó con la alianza Fox-Turner es fundamental. “Es un paso importante para el fútbol argentino. Este cambio viene acompañado de una regularización económica para ayudar a que los clubes puedan crecer”, explicó Elizondo en la reciente presentación de la Superliga que también, y aunque muchos se quejen, hará volver el fútbol pago. El abono mensual costará 300 pesos y los partidos se verán por dos señales a través de los canales de cable y satelital: Fox Premium y TNT Sports.
El torneo comenzará mañana y finalizaría el 13 de mayo de 2018, con un receso entre el 10 de diciembre y el 28 de enero.
Se jugará a una sola rueda, por el sistema de todos contra todos y suma de puntos. El campeón se clasificará para participar en la Copa Libertadores 2019 y disputará la Supercopa Argentina 2018 con el ganador de la Copa Argentina 2017-18.
La competencia determinará las clasificaciones a la Copa Libertadores (además del campeón irán los ubicados del segundo al quinto lugar. La sexta plaza será para el ganador de la Copa Argentina) y la Copa Sudamericana de 2019 (los que terminen entre el sexto y el undécimo lugar en la tabla final de posiciones).
Los cuatro descensos a la Primera B Nacional se definirán por el polémico sistema de promedios.