En la Fiscalía de Instrucción Penal Nº8 esperan hoy a Carolina Ledesma Padilla, ex secretaria administrativa y actual responsable de la Oficina de Planificación Estratégica de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán.
La fiscala Adriana Giannoni citó a declarar como testigo a la funcionaria judicial y nuera del vocal René Goane, que hasta 2009 fue superiora de Enrique Rodolfo Neufeld, jefe de oficiales notificadores de la capital y “personal trainer”. Giannoni recolecta pruebas para determinar si Neufeld u otros cometieron delitos en el período en el que aquel trabajó en un gimnasio al mismo tiempo que en la Justicia.
Neufeld cumplió funciones en la Secretaría Administrativa desde su ingreso al Poder Judicial en 2005 y como ordenanza -por medio de una designación discrecional de la Corte-, y hasta 2012, cuando, ascenso mediante, se convirtió en notificador, ocupación que le permitió salir a la calle. La Sala VI de la Cámara del Trabajo consideró que en ese lapso Neufeld incurrió en una incompatibilidad horaria puesto que no se entendía cómo había hecho para estar de 9 a 13 en un gimnasio de Barrio Norte y de 13 a 19 en el Palacio de Justicia, que está ubicado a un kilómetro y medio de distancia. Las camaristas María Poliche de Sobre Casas y Beatriz Bisdorff consideraron que esa incompatibilidad se agravó entre 2012 y 2015, cuando Neufeld se desempeñó como notificador en simultáneo con su labor de “personal trainer”. Gianonni ya tomó declaración testimonial a Gabriela Saguir, quien dirigió al actual secretario durante el segundo período.
La fiscala abrió la investigación penal de oficio luego de que LA GACETA publicara el contenido del fallo del 13 de junio de la Sala VI, que rechazó la demanda contra el gimnasio Altos de Urquiza. Mientras tanto Neufeld permanece en su cargo puesto que la Corte aún no decidió si lo someterá a un sumario administrativo. La semana pasada, el hallazgo de una cédula de una cédula de notificación practicada por el funcionario en el horario y la fecha en los que este dijo que estaba desempeñándose como “personal trainer” acrecentó las dudas sobre la versión que dio en el fuero laboral al reclamar una indemnización de $ 258.522 más intereses.