WASHINGTON, Estados Unidos.- En un nuevo episodio de la escalada de tensión que se vive en la península coreana, EEUU desplegó dos bombarderos estratégicos en la región, mientras que Corea del Norte amenazó con una "acción justa y contundente" si la Casa Blanca insiste en sancionarla por sus pruebas con misiles.
El Pentágono envío los bombarderos B-1B desde su base de Andersen, en la isla de Guam (Pacífico Occidental), para que participaran en ejercicios combinados con las fuerzas aéreas surcoreanas y japonesas, que desplegaron aviones cazas F-15K y F2, respectivamente, en abierta respuesta al lanzamiento de un misil intercontinental (ICBM) realizado el viernes por Corea del Norte.
"Esta misión es una respuesta directa al lanzamiento provocativo de misiles balísticos por parte de Corea del Norte", explicó en un comunicado la Séptima Fuerza Aérea estadounidense.
"Corea del Norte sigue siendo la amenaza más acuciante para la estabilidad regional", afirmó en el texto el general Terrence J. O'Shaughnessy, comandante de las Fuerzas Aéreas del Pacífico.
"La diplomacia sigue estando al frente. Sin embargo, tenemos una responsabilidad con nuestros aliados y nuestra nación a la hora de mostrar nuestro compromiso inquebrantable y de prever el peor de los escenarios", añadió O'Shaughnessy.
El militar advirtió que las tropas están listas para responder de manera "rápida, letal y abrumadora en el momento y lugar elegido", si fuera necesario.
El propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump se refirió al último ensayo del gobierno comunista y aprovechó la ocasión para volver a cuestionar la estrategia diplomática que lleva adelante China en el conflicto con Pyongyang.
"Estoy muy decepcionado con China. Nuestros ingenuos líderes pasados les han permitido hacer centenares de miles de millones de dólares al año en comercio y sin embargo no hacen nada por nosotros con Corea del Norte" espetó Trump a través de su perfil oficial en la red social Twitter.
"No permitiremos más que esto continúe. ¡China podría fácilmente resolver este problema!", agregó al reiterar la condena que el mismo viernes en el que se produjo el lanzamiento de un nuevo misil balístico por parte de Corea del Norte, y adelantó que tomará "todas las medidas necesarias" para proteger a su país y a los aliados en la región.
Por su parte, Corea del Norte amenazó hoy con llevar a cabo una "acción justa y contundente", si Estados Unidos prosigue con su actual política militar y de endurecimiento de sanciones como castigo por sus pruebas de armamento.
"Si Estados Unidos insiste en sus aventuras militares contra nosotros y en sus planes de sanciones superintensivas responderemos con una acción contundente y justa como ya hemos declarado anteriormente", dijo un portavoz de la Cancillería citado en un comunicado publicado por la agencia de noticias estatal KCNA.
El despliegue estadounidense de hoy pretende responder al lanzamiento el pasado viernes de un ICBM, el segundo que prueba con éxito en su historia Corea del Norte.
El misil, un Hwasong-14, voló 998 kilómetros durante unos 47 minutos y alcanzó una altitud máxima de 3.724,9 kilómetros antes de caer en el Mar de Japón (llamado "Mar del Este" en las dos Coreas).
Corea del Norte consideró un éxito la prueba y aseguró que puede alcanzar cualquier parte de Estados Unidos con este arma.
Sin embargo, los expertos dudan que Pyongyang pueda equipar aún cabezas nucleares en los misiles o lograr que éstos efectúen correctamente la reentrada en la atmósfera (algo indispensable para golpear con precisión un objetivo).
A su vez, el ministro de Defensa de Corea del Sur, Song Young-moo, manifestó hoy que el país mejorará su sistema de misiles Patriot para proteger especialmente la capital, Seúl, y sus zonas aledañas (la región capitalina suma unos 20 millones de habitantes) de un potencial ataque norcoreano.