Pocos metros separan la habitación de Fernando Zampedri de la de Bruno Bianchi. Aún así, cada uno se dirige a desayunar por su cuenta. Por el pasillo al aire libre que conduce al comedor, primero pasa el defensor; después sigue el delantero. Ambos tienen cara de dormidos y casi que se despabilan con la entrevista de LG Deportiva. Hay una coincidencia entre ambos y es que posiblemente el partido de hoy sea su última función con la camiseta de Atlético. Así lo reflejan sus respuestas.

“Todavía estoy disfrutando de los muchachos; del nuevo cuerpo técnico y de los dirigentes que vinieron acá. Puede que esta sea mi despedida, pero por ahora no he firmado nada”, asegura el delantero que aprovecha estas horas porque sabe que difícilmente vuelva a vivirlas con las mismas personas en Tucumán.

“Esto es así. Uno llega a un club y después en algún momento te tenés que ir. Es el momento de seguir por otro camino”, agrega Zampedri, a quien Central espera con los brazos abiertos.

Otra de las tristes casualidades indica que a Bianchi también lo aguardan en Rosario, aunque sea Newell’s el club en cuestión. “Sé que tengo contrato vigente, pero es algo familiar lo que yo estoy viviendo. Los dirigentes lo saben y si se tiene que dar una salida, que se de”, comenta el central que no quiere entrar en detalles cuando se refiere a “familiar”.

En lo que sí se explaya es en otro discurso, muy similar al de Zampedri. Bianchi se está despidiendo de Atlético. “De mi paso por Atlético hago un balance más que positivo. Hemos logrado cosas históricas que quizás no se repitan. Hay que valorarlo y tomarlo como ejemplo. Ojalá el club siga por este camino”, dice el nicoleño que incluye en sus palabras buenos deseos, típicos del adiós.

Consejos para los que vienen a reemplazar a los ausentes es parte del menú de la despedidas. Y en eso también coinciden Bruno y Fernando. Mauro (Osores) es un buen jugador; tiene condiciones. Le faltan cosas por vivir pero este es un paso importante para él”, dice el Bianchi sobre el central juvenil “decano” a quien parece legarle algo más que su número de camiseta.


EL ÚLTIMO “LOCO”. Bianchi juega con sus compañeros en la previa de lo que puede ser su última batalla con la camiseta de Atlético. LA GECETA / NICOLÁS IRIARTE

Zampedri, por su parte, bromea con Luis Rodríguez. Lo desafía a hacer un gol. Después de todo, a “Pulguita” le recaerá de inmediato la responsabilidad goleadora si se va el entrerriano.

Zampedri también se encarga de hacer su propio balance: “lo primero que rescato es el vestuario. Es un grupo muy lindo el que armamos. Tanto así que los refuerzos que llegaron ya se sienten bien y están hace menos de una semana. Después, para con los dirigentes y los hinchas solo tengo palabras de agradecimiento. Siempre hicieron lo mejor para nosotros. Nos dieron apoyo y cariño”.

Mucho pasó en estos años en uno y en otro extremo de la cancha para ambos jugadores. En dos años en el club, Zampedri se transformó en uno de los jugadores más emblemáticos. Y Bianchi (llegó en 2013), en un líder natural e indispensable de la defensa. “La mentalidad del equipo no se va resentir, aunque cambien los nombres”, advierte el defensor.

Se trata de una dupla que quizás no tiene mucho contacto durante los partidos, así como tampoco lo tuvo en el pasillo del hotel, pero juntos mantienen y mantuvieron de pie al equipo en competencia.

Una vez terminado el partido, ambos podrían partir a Rosario, un lugar casi equidistante de sus lugares de origen: a una hora de San Nicolás de los Arroyos (Bianchi) y a dos horas de Paraná, Entre Ríos (Zampedri).

Las triste coincidencias continúan: ambos acarrean dolores en los tendones de sus rodillas derechas pero no hay manera de que no jueguen el partido de esta noche. Puede ser el de la despedida.