“Y estos casos se van a repetir todas las semanas. Los vecinos estamos cansados de que nos roben. Esta muerte es culpa de la inseguridad que se vive en esta zona”, aseguró María Laura Herrera, vecina del comerciante que fue detenido después de que hiriera mortalmente a un supuesto asaltante en Villa 9 de Julio.
Daniel Armando Leiva, de 28 años, llegaba el jueves a la noche a su domicilio del barrio 80 Viviendas. Observó que dos hombres salían corriendo del corralón que está ubicado al frente de su casa con bolsas en las que supuestamente llevaban material que le habrían sustraído. Les dio la voz de alto y, como no se detenían, los siguió un par de metros. Allí insistió para que se detuvieran, pero uno de ellos se dio vuelta y, después de insultarlo, uno de ellos le habría disparado.
El comerciante, según consta en el expediente, extrajo su arma y realizó varios disparos. “Fueron tiros intimidatorios porque le apunte a los pies”, aseguró Leiva cuando declaró ante el fiscal Washigton Navarro Dávila que lleva adelante esta causa.
Los disparos realizados por el acusado de homicidio, alcanzaron a Roque Edmundo Santos que murió antes de que sea asistido. Uno en el tobillo izquierdo, otro en el pecho y un tercero en la espalda. Los peritos de la Policía creen que la víctima, que tiene antecedentes por robo, por el primer impacto se cayó al suelo y en ese momentos habría recibido los otros dos disparos. La Justicia espera los resultados de la autopsia para confirmar esta versión.
Leiva, por temor, regresó a su casa y se encerró. Cuando observó el movimiento de la Policía, les contó lo que había ocurrido. Lo único que atinó antes de ser llevado es que protegieran sus bienes. Al poco tiempo que fue trasladado, parientes y allegados de la víctima, atacaron a pedradas la vivienda y el negocio donde se dedica a la compra y venta de chatarras. Por ese motivo, ambas propiedades están siendo custodiadas por la Policía.
En Tribunales
Ante el fiscal Navarro Dávila, el acusado, que es defendido por Álvaro Zelarayán, insistió con su versión. “Dijo también que estaba cansado de sufrir robos. Estaba harto de que estas personas le sacaran cosas de su local. Estalló”, comentó el profesional en una charla con LA GACETA.
También detalló por qué tenía un arma en su poder. “Siempre estoy con dinero y por eso busco protegerme. Ya me robaron varias veces y otro asalto podría poner en peligro el futuro de mi familia”, declaró.
“El fiscal también le preguntó si había realizado alguna denuncia por los robos que había sufrido cn anterioridad. Él reconoció que no porque no tenía mucho tiempo para estar detrás de esas cuestiones. Él solo quería trabajar para poder alimentar a sus seres queridos”, comentó Zelarayán.
Los vecinos comentaron que la víctima habría robado varias veces en el local de Leiva. “Esta es una zona muy peligrosa. El tipo que mató el vecino era conocido porque vivía robando en el barrio. Nadie lo quería porque era un atrevido”, dijo Fernanda Rivadeneira.
Desde la Justicia se confirmó que Santos tenía serios problemas de adicción. Leiva, mientras tanto, confesó que estuvo involucrado en la muerte de un familiar, pero no aportó mayores precisiones, por lo que el fiscal quiere determinar en qué circunstancias se produjo ese hecho. El defensor tampoco sabía de esta situación. Al cierre de esta edición no se confirmó si seguiría detenido por este hecho.