Los datos preocupan. En 72 horas, tres menores de edad fueron protagonistas de distintos accidentes viales en diferentes puntos de la Provincia. Dos de ellos fallecieron y otro quedó en la mira de la Justicia por atropellar a una joven de 20 años. Las trágicas noticias conmocionaron a los tucumanos. El subsecretario de Tránsito y Transporte de la Municipalidad capitalina, Enrique Romero, contó, sin embargo, que en los controles que hacen periódicamente no suelen detectar adolescentes al volante en autos, pero sí en motos.
El primer accidente se registró el domingo a la madrugada cuando un Honda Fit, que era conducido por un adolescente de 16 años, embistió a la estudiante de medicina Paula Argañaraz y la hizo volar varios metros en la avenida Aconquija al 1.100. Después de arrollarla, el adolescente se dio a la fuga en contramano. Con el correr de las horas, la Justicia encontró el vehículo en un country de Yerba Buena y su dueña, la madre del menor, quedó detenida por el hecho, ya que declaró que ella había sido.
Pero ayer el abogado de la familia involucrada advirtió que su cliente, María Berta Poliche, no había atropellado a Argañaraz, sino que el auto era conducido por el hijo menor de edad de la mujer. Luego, presentó en Tribunales al menor para que quedara a disposición de la Justicia. Desde la fiscalía secuestraron el teléfono del muchacho pero decidieron no acusarlo de ningún delito hasta tener los resultados de pericias importantes, como la desgrabación de distintas cámaras de seguridad.
Un menor era el conductor del auto que arrolló a Paula Argañaraz: ¿qué pasará ahora?
El segundo hecho ocurrió el domingo por la noche, horas después de lo sucedidocon Argañaraz. Fue en la avenida Juan B. Justo al 2.300. Allí, una joven y un adolescente murieron después de participar en un violento triple choque. El chico, identificado como Facundo Emanuel González, tenía 13 años y -según el informe policial- manejaba uno de los autos. La muchacha tenía 24 años y falleció en el hospital Padilla. Otras cinco personas resultaron heridas del siniestro.
Según confiaron los investigadores, aún se está analizando la responsabilidad que el menor pudo haber tenido en el accidente. “Cuando las colisiones son múltiples hay que ser muy precisos en las pericias, se vuelven realmente muy complicadas”, contó una fuente cercana al caso.
Por su parte, Romero dijo: "hay que ver si el padre le prestó o no el automóvil. Si lo hizo es una falta gravísima. Nosotros recién otorgamos el carnet a los 17 años, y bajo la responsabilidad de un tutor. Que un chico de 13 años esté manejando un vehículo es algo grave. Hay que ver qué pasó".
“Se oyeron dos explosiones”, dijeron testigos del triple choque
Dos días después, cuando ambos accidentes eran noticia en Tucumán, un tercer siniestro vial se produjo en Famaillá. Un adolescente que iba al volante murió al chocar una camioneta Peugeot Partner contra un árbol. Se trata de Emanuel Alexis Salinas. Los informes policiales indican que tenía 15 años, pero sus familiares aseguran que tenía 16. El accidente ocurrió en la ruta 301, a la altura del barrio San Jorge, cerca del mediodía.
"La camioneta no era de él, sino de un amigo de apellido Fernández que lo fue a buscar a mi sobrino a su casa. Los dos decidieron salir, no sé a dónde. Emanuel lo hizo en la camioneta de su amigo y el otro chico en la moto de mi sobrino. No sabemos qué paso, él sí sabía manejar”, le contó a LA GACETA el tío del muchacho, Rubén Perea. Él y su esposa fueron los encargados de ir hasta el lugar del accidente, porque el padre de Salinas es camionero y al momento de la colisión estaba en Corrientes.
Tragedia en Famaillá: “no consumió alcohol; era un chico sano y sabía manejar”
“Nadie interpreta que el automóvil puede ser un arma”
“Hay muchos adolescentes manejando y en esa situación hay una doble responsabilidad. Es cierto que los padres les permiten tener acceso a las llaves, pero no es menos cierto que hay un Estado ausente en control vehicular. Aquí cualquiera circula sin seguro, sin casco, sin licencia”, advirtió el especialista en seguridad vial, Jorge Rodríguez Robledo.
“Es un combo peligroso. La falta de autoridad de los padres y que no haya recursos para generar controles con continuidad en el tiempo y hechos por personas capacitadas. Nadie interpreta que el automóvil puede ser un arma”.