Como animales en un corral se puede verlas inmóviles; estacionadas una al lado de la otra. Tienen telarañas y están cubiertas de tierra acumulada. Las malezas van trepando en altura abriéndose paso entre los asientos, manubrios y espejos retrovisores. Hay de todos los modelos y colores. Son las motocicletas que fueron secuestradas por la Policía debido a alguna infracción a la Ley de Tránsito. También están las motos que fueron secuestradas porque participaron en algún accidente o se utilizaron para cometer un delito penal (robos, asaltos, entre otros).
Algunas parecen esqueletos de hierro retorcidos, con el torso de cuero desvencijado por el paso del tiempo. Están a la intemperie, cubiertas de polvo, los asientos están resecos a causa del sol y de la lluvia. En algunos casos, la maleza las rodea hasta la altura del manubrio. Hay tantas motos, que podría pensarse que se ha perdido la cuenta de ellas. Sin embargo, el informe oficial de la Policía Vial registra 3.475 motos dentro del predio de la Jefatura de Policía, en Italia al 3.000.
A ese patio al aire libre van a parar los rodados secuestrados en la vía pública por diferentes infracciones a la Ley de Tránsito. Como ya no tienen lugar donde seguir acumulando motos, la Policía habilitó otro espacio en un galpón techado, ubicado en Italia al 2.800, donde están guardadas otras 2.400 motocicletas. Se calcula que, por día, se secuestran 50 motos pero solamente se rescatan, en promedio, 15 de ellas.
El resto acumula tierra mientras pasan los días sin que los dueños se presenten con la documentación correspondiente para recuperarlas. “La mayoría no vuelve a buscar su moto, porque no terminan de cumplir con toda la documentación”, explica un agente que custodia el predio.
Algunas motos tienen grabada la fecha del secuestro en los asientos de cuero. Las más antiguas están desde hace seis años sin que a nadie le preocupe en lo más mínimo. Cada vez más, ambos predios se ven colapsados por la cantidad de rodados.
La Policía Vial abre un expediente para que el Ministerio de Seguridad resuelva el pase a compactación. Pero antes debe obtener el aval de la Dirección de Transporte de la Provincia. La demora genera una acumulación de 20 vehículos por día. Algunos quedan estacionados al frente y en las adyacencias de las comisarías.
Esa situación provoca la reacción de los municipios. Las quejas apuntan a que se obstaculiza el paso y se da un mal aspecto, con autos destruidos y en estado de abandono, como ocurre en Yerba Buena. Por nota, el municipio capitalino exigió que se habilite un nuevo sitio para depósito de los vehículos o se agilice la compactación.
La última vez que en Tucumán se utilizó la máquina compactadora fue en diciembre de 2015. El método es el siguiente: una grúa levanta las motos como si fueran de juguete y las tritura formando un cubo de hierros retorcidos.
El Secretario de Seguridad de la provincia, Paul Hofer, le dijo ayer a LA GACETA que para la Policía también es un problema. “Tenemos 200 agentes en la Policía Vial, otros afectados las 24 horas para custodiar esas motos; tenemos vehículos en la Policía Vial, y la verdad es que preferimos disponer de ese personal y esas unidades para otras actividades de prevención”, remarcó.
Hofer remarcó que los vehículos que permanecen en las comisarías no son de su agrado. “No quiero autos ni motos ni chatarra en la puerta de las comisarías, quiero que sean sanas, limpias y preparadas para la atención de la gente”, insistió.
Hofer aclaró que la decisión de destinar un predio para los rodados secuestrados le compete al Poder Judicial. “Para terminar con esta situación se necesita que la Justicia tenga un espacio como corresponde para depositar todos esos vehículos y que no vayan a parar a las comisarías. como normalmente ocurre -advirtió-. Y que los procesos de compactación de los vehículos, en algunas dependencias públicas, sean mucho más rápidos”.