“El cambio climático puede llevar al incremento de los eventos extremos, tanto en su frecuencia como en su severidad. Por eso hay que revisar cómo se opera la presa y la capacidad de alivio, según tengamos más datos de hidrología. Debemos hacer un seguimiento en continuo de esa información” . Es la advertencia que formuló Escuder Bueno en relación con las previsiones imprescindibles para los diques.
“El riesgo más frecuente, por los fenómenos naturales que se están dando y desde el punto de vista de los usuarios de la presa, es que haya menos volumen de embalse. Y desde la seguridad es que los volúmenes y caudales en las grandes crecientes sean superiores y se produzcan sobrevertidos”, advirtió el especialista.
“Las represas en principio brindan mejor seguridad, regulan más la disponibilidad de caudales y controlan los ríos no regulados -agregó Escuder Bueno-. La coyuntura exige, en tanto, trabajar con la mejor hidrología posible y tener una capacidad de descarga compatible con lo que sabemos ahora de los eventos extremos”.