“Escaba es una presa muy bonita, casi como una catedral. Preciosa por su entorno y por la construcción, que ya no se hace con pantalla plana. Además tiene un componente de artesanía dentro de la tecnología que es una preciosura”. Es la impresión que transmitió a LA GACETA el ingeniero Ignacio Escuder Bueno, profesor titular de la Universidad Politécnica de Valencia (España), acerca del dique emplazado al oeste de Juan Bautista Alberdi. El profesional, especialista en seguridad de diques, recorrió la construcción junto a Rodolfo Dalmati, presidente del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (Orsep), y Mateo Bauza, director regional de la misma institución.
La inspección se concretó en el marco del acuerdo que suscribió el Orsep con la Universidad Politécnica de Valencia a fin de estudiar los riesgos de todas las presas del país. Y la de Escaba últimamente genera preocupación en las comunidades del sur tucumano, ya que la señalan como la responsable de las últimas inundaciones. Las Fuerzas Vivas de Chicligasta, encabezada por Miguel Rojano y Miguel Boullhesen, denunciaron que la magnitud del desastre de La Madrid habría sido causado por la negligencia en el manejo de la represa.
“Los responsables no coordinaron con la estación meteorológica el manejo del caudal y así no bajaron la cota del dique”, sostienen en la denuncia. Además, advirtieron que el muro de contención se encontraría descalzado en sus bases y correría un extremo riesgo de romperse debido a las graves fisuras que acusa por falta de mantenimiento.
Ríos descontrolados
“La gente asigna cierto grado de culpa a la represa cuando sucede todo lo contrario. Esta lo que hace es atenuar la crecida. Las principales inundaciones son por los ríos que no están controlados”, explicó Dalmati. Indicó que el organismo a su cargo requiere continuamente diferentes trabajos de mantenimiento para que todo funcione perfecto. “En esta última crecida el dique de Escaba operó mucho mejor que en 2015, cuando no se pudieron abrir las compuertas y hubo fallas de todo tipo. Si se repetían los mismos problemas hubiéramos tenido otro sobrepaso” agregó.
Mejor funcionamiento
Bauza, director regional, sostuvo que al llegar las lluvias el embalse manejó muy bien dos crecidas importantes. Y consideró que en La Madrid los vecinos tienen una idea o percepción equivocada de las causas del último desastre que vivieron. “En 2015, cuando se produjo el sobrepaso, a ellos el agua les llegó hasta las rodillas, cuando el volumen que desbordó fue tres veces mayor que el de este año. Sin embargo, esta vez el pueblo tenía hasta dos metros de agua. Esto da la pauta de que lo sucedido no fue a causa de la represa, sino de la suma de aportes que tiene el Marapa en su recorrido, como el río San Francisco o el arroyo El Chileno”, apuntó.
Bauza admitió que los pobladores de La Madrid quedaron sensibilizados desde el evento de 2015, que fue muy grave. “A partir de ese episodio venimos operando el embalse de una manera muy diferente. Adoptamos factores de seguridad muchos más altos, adelantándonos a eventos como el referido”, informó. Observó que se trabaja estrechamente con la provincia, porque el nivel de la represa no depende del Orsep, sino de una comisión de embalse y desembalse compuesta por la Secretaría de Producción y Medio Ambiente. “Es esta la que da órdenes de cómo se debe operar, en razón de que atiende los usos consultivos, como el riego” añadió.
El funcionario subrayó que las partes estructurales e hidromecánicas, que comprenden las compuertas, los descargadores y las válvulas, son sometidas a ensayos con personal del organismo y con consultores internacionales que hacen anualmente una auditoría. “En el aspecto seguridad no hay ningún tipo de problemas y eventualmente hay planes de acción ante emergencias -enfatizó-. La idea es preservar la vida”.