La celebración, mañana sábado, del 105 aniversario del nacimiento del fundador de Corea del Norte, Kim il-sung, disparó hoy la preocupación mundial ante la amenaza de que el gobierno de Pyongyang realice en las próximas horas un ensayo nuclear que desate una guerra en la península coreana, en medio de una gran tensión con Estados Unidos.
La tensión en la península, en alza durante la última semana, creció aún más con la decisión estadounidense de enviar el portaaviones Carl Vinson, que continúa su rumbo a la zona, mientras la página especializada en Pyongyang, 38 North, señala que, según análisis de imágenes satelitales, Corea del Norte está "preparada y dispuesta" para un ensayo nuclear "inminente".
"Si hay una guerra, el resultado será una situación en la que todos perderán y nadie resultará ganador", aseguró hoy el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, tras advertir que quien provoque el conflicto "deberá asumir sus responsabilidades históricas y pagar el precio", informaron las agencias de noticias EFE y Reuters.
Beijing, principal aliado del gobierno norcoreano de Kim-jong-un, remarcó hoy la necesidad de evitar que la tensión sobre Corea del Norte alcance una "etapa irreversible e inmanejable".
En línea similar, Rusia se manifestó preocupada por la escalada de la situación en la península de Corea e instó a otros países a abstenerse de "actos provocativos" en esa región, dijo hoy el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
"Moscú está observando con gran inquietud la escala de tensiones en la península de Corea. Llamamos a todos los países a mostrar contención, y advertimos a todos los países contra cualquier acción que pueda suponer un paso provocativo", señaló a los periodistas.
Kim podría llevar a cabo el test, según expertos citados profusamente por la prensa, el día de mañana, en coincidencia con las celebraciones del "Taeyangjeol" ("Día del sol"), el cumpleaños del fundador del país y abuelo del actual líder.
Pyongyang, que no ha confirmado ni desmentido tal posibilidad, criticó hoy con dureza a Washington, por desplegar "activos nucleares masivos", tras el envío del Carl Vinson a la zona, lo que puede llevar a "una guerra termonuclear en cualquier momento y suponer una seria amenaza para la paz y seguridad mundial".
"Estados Unidos introdujo en la península coreana, el punto más caliente del mundo, activos nucleares masivos, amenazando seriamente la paz y la seguridad de la península y llevando la situación al borde de la guerra", señala un comunicado de la Cancillería emitido a través de la agencia estatal norcoreana KCNA.
La semana pasada, Estados Unidos bombardeó por primera vez un objetivo del gobierno sirio por su supuesto uso de gases químicos en lo que muchos consideran que también constituye una advertencia a Corea del Norte.
Pyongyang calificó ese ataque como "una flagrante violación de la ley internacional y una agresión bárbara e insolente".
Ayer, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, que cerró filas con el presidente estadounidense Donald Trump, dijo que Corea del Norte podría tener la capacidad de lanzar misiles equipados con armas químicas y trazó paralelismos entre el gobierno que lidera Kim Jong-un y el de el presidente sirio Bashar al Assad.
La madre de todas las bombas
El lanzamiento de ayer de Estados Unidos de la llamada "madre de todas las bombas", la mayor bomba no nuclear, contra objetivos del grupo islamista radical Estado Islámico (EI) en Afganistán, también podría leerse en clave de amenaza hacia Pyongyang.
"No sé si manda o no un mensaje a Pyongyang. Corea del Norte es un problema y nos ocuparemos de él", dijo Trump en un escueto comentario sobre el tema, tras una reunión en la Casa Blanca.
La nueva actitud de Washington, más agresiva con Trump que con el anterior mandatario, Barack Obama, y la imprevisibilidad del gobierno de Pyongyang llevaron hoy a la Cancillería china a afirmar que en esta crisis "el ganador no será el que tenga las afirmaciones más duras ni exhiba más músculo".
Esta llamada a la contención de China recibió el apoyo de Francia, cuyo canciller Jean-Marc Ayrault, fue un paso más allá al insistir en la necesidad de "lograr la desnuclearización de la península coreana".
"La comunidad internacional es unánime: ha llegado el momento de que Pyongyang cumpla sus propios compromisos", recalcó Ayrault, en el mismo sentido en el que se habían manifestado días antes la canciller alemana, Angela Merkel, y la primera ministra británica, Theresa May.