El consumo de pescado aumenta, en promedio, un 60% por los festejos de la Pascua. En el mercado local, según indicaron fuentes del sector comercial, los precios de la carne de pescado se incrementaron, también en promedio, entre el 13% y el 15% en la comparación interanual, muy lejos de la inflación del 30% acumulada en los últimos 12 meses ¿A qué se debe este fenómeno? ¿Por qué los precios de los pescados no subieron en una proporción más cercana a la inflación, como ocurre con otros alimentos?

La respuesta es que el pescado tiene una incidencia menor en la canasta básica. Y este factor se suma la restricción del gasto familiar, según explicó Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market y asesor de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). El experto precisó que en 2015, el consumo de pescado fue de 9 kilogramos per cápita y que en 2016 cayó a 7,1 kilogramos. Esta merma fue el resultado de la retracción del gasto de las familias, en un contexto de alta inflación y de pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

“Es cierto que hay un menor volumen de pesca. Pero es necesario marcar que el 90% de lo que se pesca en la Argentina se exporta a mercados del exterior. Entonces, ante un mercado local contraído por el retroceso del gasto, las empresas pesqueras y los frigoríficos prefieren exportar que malvender la producción en el mercado interno. Si los precios finales hubiesen aumentado, por ejemplo, un 30%, cerca de la inflación, la demanda hubiese caído aún más”, observó Di Pace, durante una charla con LA GACETA.

El estudio de Focus Market (que se desarrolló con el aporte de Scanntech, una firma de soluciones tecnológicas para puntos de venta) señaló que el aumento de la demanda de pescado, registrado en 2015, se explicó por la consolidación de ciertos cambios de hábitos saludables en la alimentación. “No obstante, la caída del año pasado se debió a una restricción del gasto hogareño”, subrayó la consultora.

Comerciantes del rubro, en tanto, subrayaron que, en las vísperas de la Pascua, el consumo de pescados se mantuvo a un ritmo similar al de 2016. “No hubo un aumento (de la demanda). Las familias compraron, más o menos, lo mismo que en la Pascua anterior. El pescado no es un producto que se vende parejo todo el año”, comentó Silvio Mansilla, encargado de una pescadería céntrica de la capital tucumana. El producto más requerido es la merluza que, en promedio, cuesta entre $ 100 y $ 120 el kilogramo. No obstante, hay opciones más económicas como el sábalo, que se vende a $ 60 el kilo. “Hay clientes que, para la Pascua, prefieren las milanesas de pescado. El precio varía entre $ 160 y $ 200 el kilo. No podemos aumentar más porque sino las ventas pueden caer más”, advirtió el vendedor Bruno Ojeda.

Las ventas externas

En un contexto de menor consumo, el comercio exterior es la salida para equilibrar la balanza de las empresas pesqueras y de los frigoríficos argentinos. Focus Market señaló que, en 2016, el principal destino de exportación fue España, que compró el 28% del total por un valor de U$S 479 millones. Luego siguieron China, con el 16% del mercado y con compras por U$S 277 millones, y Estados Unidos, con una proporción del 8,8% de las ventas, lo cual significó ingresos por U$S 150 millones.

Sobre este punto, Alejandro Ovando, director de IES Consultores, remarcó, en un informe sectorial, que la evolución del sector pesquero, en el mediano plazo, dependerá del mercado de exportación. “Será indispensable la conquista de nuevos mercados, ya que para el mercado interno se espera que, en un contexto de alta inflación y de pérdida del salario, se resienta el poder de compra de las familias”, concluyó.