Los vecinos de la comuna de Monteagudo no recordaban un acontecimiento que hubiese reunido en el pueblo tantos vehículos ni tantas vallas. Mucho menos, que convocara al Presidente.
Desde muy temprano, un gentío desembarcó en la zona de la escuela N° 99 “Provincia de Río Negro”, donde se instaló el Centro de Operaciones de Emergencia y se apostó al Ejército para asistir a los inundados de La Madrid. La visita de Mauricio Macri, no alteró, sin embargo, la vida de los lugareños. La feria en la plaza siguió como si nada y pocos se acercaron hasta el lugar del evento. Lo que sí quedó alterado fue el ambiente político.
Funcionarios del Frente para la Victoria (PJ-FpV) y de Cambiemos comenzaron a llegar de a poco. Todos renegaron: ministros, legisladores, intendentes y comisionados comunales del oficialismo provincial porque quedaron por momentos fuera de la escuela e, incluso, tras un vallado; los dirigentes afines al macrismo, porque dijeron que partidarios del PJ-FpV que estaban en el ingreso los silbaron e insultaron.
El helicóptero que trasladó al Presidente desde Santiago del Estero tocó el suelo de Monteagudo cerca de las 10.30. El mandatario recorrió en camioneta las dos cuadras que separan la canchita que hizo de helipuerto de la escuela.
Dentro de una carpa del Ejército levantada en el patio del establecimiento, Macri escuchó un informe sobre el estado de situación efectuado por autoridades militares. Estuvo acompañado por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el director del Plan Belgrano, José Cano; el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador, Osvaldo Jaldo.
De jeans, camisa a cuadros y zapatillas, Macri ocupó una de las 17 sillas ubicadas en ronda, sobre el pasto. Ocho miembros de la comunidad madrileña y el obispo de Concepción, José María Rossi, dialogaron con él durante casi media hora. Mientras transcurría la charla, los otros asientos fueron ocupados por Cano, Manzur y Jaldo. También se sumaron el titular de Aysa, Pablo Walter; el secretario de Vivienda, Domingo Amaya; la coordinadora local del Ministerio de Desarrollo de la Nación, Laura Costa; la senadora Silvia Elías y el diputado Facundo Garretón. El mandatario escuchó a maestras de escuelas que quedaron sepultadas por el barro y a un joven productor que perdió sus colmenas. Según pudo reconstruir LA GACETA, los ciudadanos le plantearon la necesidad de que se organice la distribución de la ayuda de la Nación, con el fin de que llegue sin intermediarios locales a los damnificados.
También solicitaron trabajos para evitar nuevas inundaciones. Entre mate y mate, el Presidente -según fuentes oficiales- se comprometió a que en los próximos 90 días formará un equipo interdisciplinario con funcionarios nacionales, provinciales y especialistas de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) para estudiar qué obras hídricas serían necesarias en la zona y, si no surgen soluciones factibles, evaluar el traslado de la población hacia otro lugar.
Monseñor Rossi, en tanto, valoró que los referentes sociales pudieran expresarse. “Se abordó cómo hacer para que esto no pase nunca más. No son temas nuevos, llevan muchos años. En este momento es mejor no hacer el análisis (sobre las responsabilidades). Una vez que la cabeza esté fría, hay que sentarse y decir todo lo que hay que decir”, advirtió, luego de salir del encuentro con el presidente de la Nación y su comitiva. El obispo de Concepción ponderó, además, la unión de los ciudadanos para fortalecer sus reclamos a las autoridades.
María del Carmen Augier, de la escuela especial de La Madrid, afirmó que perdieron todo y que le pidieron que se concreten obras o bien, el traslado de la ciudad a una zona más segura de los anegamientos y de las inundaciones.
Tras saludar a todos, el mandatario nacional partió en helicóptero, junto con Cano, hacia el paraje La Florida. Allí visitó a siete familias que habían estado aisladas. En paralelo, Frigerio, Walter y Amaya se reunieron con intendentes y delegados de zonas afectadas.
Sabor a poco
La mala relación entre los funcionarios provinciales y nacionales quedó en evidencia en los gestos, los comentarios y hasta en los espacios físicos que ocuparon, ya que no se mezclaron demasiado. También en las declaraciones. “Lo único que le pedí al ministro (Frigerio) es que no se hagan cosas aisladas o cuestiones espasmódicas; si no, comenzamos a dar respuestas (sólo) en una comuna o parte de un municipio. Hay que coordinar bien las acciones para que la respuesta sea integral”, afirmó Manzur.
Cuando se retiró, el gobernador fue ovacionado por quienes minutos antes habían insultado a los miembros de Cambiemos. Incluso, se sentó en la ventanilla de la camioneta que lo trasladaba. Luego, escribió en su Twitter: “mientras el Gobierno nacional define la ayuda, desde el Gobierno seguiremos dando respuestas”. Fuentes del Ejecutivo dejaron entrever que la visita dejó sabor a poca ayuda y mucha política.