Una nueva crecida del río Marapa obligó a los habitantes de La Madrid a abandonar el pueblo. En algunos sectores el agua superó los dos metros de altura, sobrepasando el nivel de los techos, según informó Miguel Acevedo, ministro del Interior, y según corroboró LA GACETA. Algunas familias esperaron hasta el último momento para abandonar sus casas; mientras que otras, muy pocas, decidieron quedarse a cuidar sus pertenencias.
El primer centro de evacuados se instaló en Taco Ralo, comuna cercana a La Madrid, pero el agua siguió subiendo y se hizo imposible acceder a esa zona por la ruta 157. Por eso, ayer se habilitaron tres escuelas de Simoca para recibir a unos 600 evacuados que necesitaban un lugar donde permanecer a la espera de que baje el agua.
Máquinas viales rompieron ayer la cinta asfáltica de la ruta 157 para permitir que el agua escurra en el sentido oeste-este, por lo que está interrumpido el tránsito. Durante la mañana, por precaución, fue cerrado el puente sobre el río Marapa, ya que se temía que el agua erosionase las bases. Luego, fue habilitado, pero sólo con media calzada.
Durante la tarde, cuando los esfuerzos estaban puestos en rescatar a los habitantes aislados de La Madrid, el nivel del agua comenzó a elevarse en Niogasta, que terminó anegada. A la localidad hubo que acceder en lanchas para sacar a los habitantes.
Llantos, resignación, dolor y bronca por volver a perderlo todo eran los gestos en las caras de los vecinos inundados. Sólo el inusitado despliegue solidario pudo mitigar, en parte, el horror del desastre.