QUITO.- Los ecuatorianos se pronunciarán hoy, en la segunda vuelta electoral, por un Gobierno de corte neoliberal representado por el candidato conservador Guillermo Lasso o si continúan con el socialismo que instauró el mandatario saliente, Rafael Correa, eligiendo al candidato oficialista Lenin Moreno. Al cierre de las encuestas públicas hace 10 días, Moreno tenía una ligera ventaja en la intensión del voto sobre Lasso, pero no hay mediciones sobre la intención de voto de los ecuatorianos en las últimas horas.
Esta apretada distancia provocó anuncios de cada bando, de salir a las calles en el conteo final del domingo “para defender los votos” y acusaciones anticipadas sobre el fraude electoral, un tema recurrente de los comicios ecuatorianos. La primera vuelta electoral concluyó con una ventaja de 10 puntos sobre el opositor Lasso, cuantificada en alrededor de un millón de votos válidos sobre el universo de 12,8 millones de sufragantes convocados.
También dejó un 29% entre ausentismo, votos nulos y blancos, votos que si optaran para la segunda vuelta con una decisión por uno de los dos candidatos, podrían dar ventaja a cualquiera de los rivales.
“Amigos, este domingo 2 de abril tenemos dos opciones: Continuismo o cambio. ¡Vamos juntos por el cambio!, escribió ayer Lasso a través de Twitter. En tanto, el pensamiento final de Moreno fue: “Este domingo vamos a elegir el futuro de nuestras familias ¡Con tu voto tendremos un gobierno para todos!”.
Moreno, de 64 años, atado a una silla de ruedas por un disparo en su columna vertebral en un asalto en 1988, fue vicepresidente de Correa entre 2007 y 2013, año en que pasó a residir en Ginebra como comisionado de la ONU para las discapacidades. Su labor por las personas con discapacidad en Ecuador, le valió el reconocimiento de sus compatriotas y sus programas fueron replicados en varios países latinoamericanos.
En la campaña buscó crear una imagen de acercamiento a todos los sectores, contraria a la línea de fricción que instauró su preceptor.
También prefirió recorrer el país sin la compañía de su binomio el actual vicepresidente Jorge Glas, acusado de presunta corrupción y renegó del color verde intenso de la agrupación política que le auspicia, Alianza Pais (AP) y optó por un conciliador azul para sus piezas de propaganda y su vestido.
Moreno recibirá los datos de las elecciones, atrincherado en su casa de campaña en Quito.
Lasso, de 62 años, es propietario del Banco de Guayaquil, uno de los más grandes de Ecuador y posee una de las grandes fortunas del país. Ultraconservador, socio de la agrupación católica Opus Dei, decidió ser presidente del país y participó en las presidenciales de 2006, pero fue derrotado por el joven Rafael Correa.
El banquero fundó el movimiento Creando Oportunidades (CREO), su base política con la que para esta carrera electoral sumó partidarios de casi todas las agrupaciones de derecha del Ecuador.
Su hoja de vida muestra que fue Gobernador del Guayas y ministro de Economía en el Gobierno del demócrata cristiano Yamil Mahuad. Embajador itinerante y asesor del gobierno del coronel Lucio Gutiérrez.
En contraposición al continuismo de Moreno, Lasso propone el cambio con dos proclamas fundamentales: crear un millón de empleos y eliminar 14 impuestos que hoy rigen en este país andino. Lasso recibirá los resultados en su natal Guayaquil y también se pronunciará sobre los resultados tres horas después del cierre.
La puja
El nuevo presidente de Ecuador se posesionará en su cargo el 24 de mayo, día de la libertaria Batalla del Pichincha y durará en sus funciones cuatro años.
Con los triunfos de la derecha en Argentina, Brasil y Perú, y los avances que parece registrar el sector en Venezuela, Bolivia y Chile, en la pulseada de hoy estará en juego también si Ecuador se convierte en un dique para esa tendencia. El 19 de febrero, Moreno logró un 39,36 de los votos y quedó muy cerca de evitar la segunda vuelta, mientras Lasso reunió un 28,09. Pero el panorama cambió para este balotaje de hoy. (DPA-Télam)