BUENOS AIRES.- Fue jugador, fue DT, fue barrendero y es presidente de un club de tercera división, pero ha sido sobre todo su capacidad para tejer una gran red de vínculos la que llevará hoy a Claudio Tapia a convertirse en el nuevo jefe del fútbol argentino.
El inicio de su gestión llega en un momento muy caliente, golpeado por la sanción de cuatro partidos que la FIFA aplicó de oficio a Lionel Messi.
El comienzo de Tapia, de 49 años, sin embargo, estuvo muy lejos de los centros de poder. Fue futbolista de Barracas Central. Y a la par que desarrollaba su carrera, barría las calles de Buenos Aires como empleado de una empresa propiedad de la familia del actual presidente, Mauricio Macri.
Tapia participó en acciones sindicales como afiliado del gremio de Camioneros, conducido años atrás por Hugo Moyano, actual presidente de Independiente. Allí conoció a su esposa, Paola, uno de los nueve hijos que tuvo Moyano, quien lo considera “un hijo más”.
Tapia asumió la presidencia de Barracas Central en 2001. Su estadio lleva su nombre desde 2014.
Su participación como dirigente y la cercanía a Moyano lo llevaron hasta los lugares de poder de la AFA. Tapia no habla inglés. Tapia es un hombre religioso, devoto de la Difunta Correa. El club de Tapia tiene muy poco peso en lo deportivo, pero “Chiqui” se ha logrado convertir en un referente de los clubes del ascenso. Así, logró tejer alianzas con quienes, en un principio, se opusieron a su llegada al poder, entre ellos Daniel Angelici (Boca), y Marcelo Tinelli (San Lorenzo). Angelici, amigo de Macri, será uno de sus vicepresidentes, y Tinelli quedó a cargo del vínculo entre la AFA y la Selección.
Tapia, no obstante, tiene sus detractores. Días atrás, la legisladora Graciela Ocaña denunció a la Justicia que él y su suegro Moyano amasaron de la nada una increíble fortuna que no encuentra justificación alguna en negocios legítimos. Ocaña apuntó al rol de “Chiqui” como vicepresidente de CEAMSE, una empresa encargada de gestionar residuos sólidos y en cuyo directorio figuran otros dirigentes del fútbol de ascenso. (DPA)