Eso que ayer pareció un rico aperitivo del partido del jueves en Peñarol, en realidad es un plato principal del que Atlético puede servirse a mitad de año, cuando celebre su permanencia en Primera y un repuesto de puntos para la próxima temporada.
El “Decano” le ganó a Sarmiento 2 a 1 pese a que Pablo Lavallén haya decidido guardarse a algunos de sus titulares para la segunda fecha del grupo 5 de la Copa Libertadores. La apuesta consistió en retirar seis fichas pesadas de la mesa (Cristian Luccchetti, Ignacio Canuto, Fernando Evangelista, Rodrigo Aliendro, Guillermo Acosta y Fernando Zampedri) y salió más que bien. Puntual y colectivamente.
Ayala entró sabiendo que ocupaba un puesto que parece, de manera vitalicia, dedicado a Lucchetti y aún así fue la figura del partido. Tres tapadas espectaculares que inclinaron la balanza a favor de Atlético.
En la defensa, Enrique Meza Britez no salió jugando como suele hacer Canuto pero Mauricio Rosales, originalmente lateral derecho, jugó por izquierda.
José Méndez durmió con el cargador puesto y tuvo la batería suficiente para recorrer la banda derecha de ida y vuelta. Cuando fue, anotó el primer gol del partido luego de un pase tan agresivo como sutil de Luis Rodríguez. El “Pulguita” reemplazó a Zampedri, el jugador al que todavía no se le apagan las llamas por sus goles en la Copa. Con esta otra mochila y con otra función (la de asistidor), el simoqueño se dedicó a ayudar a hacer goles, como el de Méndez.
Por último, Favio Álvarez, que había jugado solo un minuto en la Primera de Atlético, completó 90 minutos soñados. Escoltó a Nery Leyes en el medio con lujos arriesgados y dignos de ver. Se animó, quizás por órdenes de Lavallén también, a pasar al ataque y tuvo su premio: anotó el 2-0 que definiría el partido, pese al descuento de penal de Héctor Cuevas. En el primer tiempo, había apilado a un par de rivales y estrelló su remate contra el primer palo, luego de un esfuerzo de Julio Chiarini, arquero visitante.
Otro que se esforzó en Sarmiento fue Gervasio Núñez. En él se apoyó el perdedor para salir de esa condición y empezar a desestabilizar el triunfo de Atlético. El palo le negó un gol que hubiese tenido su origen atrás de la mitad de cancha.
Volviendo a Álvarez, si además de engrosar el promedio y cumplir con el objetivo principal de Atlético (ser un equipo de Primera por mucho tiempo), el partido de ayer fue un casting para el banco de suplentes. Si David Barbona no se recupera, el volante sumó muchos puntos a favor para ser tenido en cuenta.
En realidad la mayoría hizo méritos para estar en el partido en Montevideo. El equipo no sintió los cambios en todas las líneas y durante el primer tiempo, salió con el ímpetu con el que enfrentó a Junior en el Monumental, a El Nacional en Quito o a Palmeiras, la semana pasada.
Así debía enfrentar éste duelo que parece “de yapa” pero partidos como éste, le permitirán alcanzar esa meta institucional. Así deberá jugar contra Aldosivi, el lunes que viene. Luego del partido ante el “Carbonero” la Copa se tomará un pequeño receso y no habrá doble esfuerzo: el torneo será la prioridad.
No es que la Copa lo sea pero quizás en este semestre así lo parezca por momentos. Son seis partidos que pueden darle otra alegría mayúscula a Atlético pero a no olvidar: nunca tan grande como consolidarse en Primera por muchos años.