Caras largas en el Monumental. Un River desconfigurado, sin fútbol y propenso al cachetazo, debería agradecer que Unión le hizo precio: el cero a cero castigó más la falta de contundencia de su adversario que su propia actuación, preocupante de cara a lo que viene (el debut en la Copa Libertadores), más allá del mínimo atenuante de un verano larguísimo.

Los bloopers (o casi) generados entre Luciano Lollo y Augusto Batalla fueron lo más entretenido de un primer tiempo en el que el “Tatengue” presionó bien alto y el “Millonario” demoró casi media hora en rematar por primera vez al arco del longevo Nereo Fernández (media vuelta afuera de Rodrigo Mora).

En realidad, el desconcierto gobernó el fondo local todo el partido. Un conjunto santafesino sin complejos mereció irse en ventaja al entretiempo. La jugada más clara fue un remate de Manuel de Iriondo, que Batalla arañó al córner.

River parecía un auto loco: ni “Pitty” Martínez ni “Nacho” Fernández mostraron poseer el carné de conductor que dejó vacante Andrés D’Alessandro. Solo el picante de Carlos Auzqui y el voluntarismo del uruguayo Mora quedaron en el haber del equipo de Núñez en esos primeros desprolijos 45 minutos.

En el comienzo del complemento, Unión casi factura a la salida de un lateral, con un penal en movimiento que Emanuel Britez tiró afuera. Y de pronto sonó el despertador para los dirigidos por Marcelo Gallardo, a partir de ese zurdazo de “Nacho” Fernández que dejó temblando el travesaño y también un manto de dudas sobre si la pelota picó toda adentro antes de salir.

A partir de entonces, el local tuvo sus cinco minutos de furia y un par de chances claras. Volvió Lucas Alario -metió un codazo y fue amonestado- y Unión volvió a emparejar tras otro blooper de un Lollo ingenuo, impreciso y sin timming, y que también terminó con una tarjeta amarilla. Fue una noche de horror para el ex defensor de Racing.

Casi la emboca Lucas Gamba, mientras que Sebastián Driussi estuvo cerca. También entró Iván Alonso, para que un desordenado River terminara con tres delanteros y ningún grito de gol. Y como el “Tatengue”, generoso, siguió perdonando (Batalla salió a los pies de Guido Vadalá y salvó en tiempo de descuento), la hermosa luna llena suspendida sobre el Monumental se quedó con las ganas.

A cuatro días del debut del “Millo” en la Libertadores, no hubo ninguna buena noticia para el “Muñeco” Gallardo.