La noticia de la visita en febrero de los técnicos de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) para supervisar la marcha del plan de ajuste en la UNT cayó muy mal en un sector de docentes, miembros de la agrupación Naranja. En un comunicado, expresaron su rechazo a lo que consideran una “intervención técnica” del Gobierno nacional sobre la UNT.

“Denunciamos sus fines, sus alcances y sus métodos, y llamamos al conjunto de la docencia y de la comunidad universitaria a enfrentar el ajuste y a abrir un debate a fondo sobre la crisis terminal que vive la UNT y sus perspectivas de superación por medio de una verdadera asamblea universitaria”, expresaron.

Recordaron que a fines de 2016, las autoridades universitarias (Rectorado y casi todos los decanos) firmaron un acta acuerdo con los funcionarios nacionales “comprometiéndose a viabilizar un furioso plan de ajuste”.

“El acta acuerdo apunta a un achicamiento general tanto en infraestructura como en ‘capital humano’”, explicaron en el comunicado. Consideraron que este acuerdo “pone una suerte de caja única con control directo de la SPU, a los fines de depurar gastos y desarrolla un ‘plan de contingencia’, que no es otra cosa que una nueva vuelta de tuerca en la privatización y el ajuste”.

Aseguran que el clima interno de la UNT está agudizando choques entre docentes, no docentes y estudiantes. “El gobierno nacional opera una intervención sui generis buscando prevenir un colapso que llevará a una irrupción de masas y, a su vez, timonear una sucesión política (prevista para 2018), desplazando a la camarilla K por una camarilla cercana a Cambiemos”.