>CECILIA IBIRIS

Soy inspectora de tránsito desde hace más de 20 años. Tengo 46 años y me gusta mantener limpia mi calle, Maipú 100.

Cuando el semáforo se pone en rojo, ella sale a controlar. Con paso firme camina por la senda peatonal y por medio de señas les indica a todos los conductores que deben colocarse su cinturón de seguridad. “La verdad es que en mis planes nunca estuvo ser inspectora, para nada”, asevera Cecilia Ibiris.

Su militancia política la llevó a iniciarse en la inspección municipal. “Terminé el colegio e hice el terciario. Primero estuve en la Dirección de Rentas, hasta que me salió la posibilidad de pasarme a Tránsito”, relata.

Todavía recuerda su primer día de trabajo con humor: “no sabía nada -ríe-, todo lo fui aprendiendo en la calle por mí misma”. Fue la esquina donde se cruzan las calles Buenos Aires y 24 de Septiembre la que la vio debutar con el silbato y las señas.

Desde entonces fue víctima de incontables insultos y múltiples golpes. “El viernes, sin ir más lejos, me llevé una piña de arriba”, comenta.

Los hombres, según Cecilia, son los más difíciles de tratar: “no respetan nada ni a nadie”. Pero Cecilia comenta que en realidad a las inspectoras se las considera más que a sus colegas varones. “Los conductores respetan siempre más a la agente mujer porque ven que estamos ahí, nos ponemos serias -gesticula- y dicen: ‘uy qué será’. No nos dicen nada y nos hacen caso”.

A pesar de la violencia con la que convive día a día, afirma que ama su trabajo. Hace tantos años está en la esquina de Maipú y San Martín que perdió la cuenta: “siempre la mantengo limpita”, dice.

“Me encanta trabajar en la calle, en la vía pública. A mí no me gusta la oficina, me gusta mi trabajo en la calle. Acá estás más en movimiento, tenés tráfico, estás con la gente. La parte administrativa también me gusta, pero prefiero estar en la calle”, reafirma.

- ¿Cuál es tu reflexión sobre el Día de la Mujer?

- Estaría bueno que nos respeten aunque sea un poquito los hombres, que nos valoren como mujeres que somos. Una es madre y de la madre salen los hombres. Es fundamental.