Cerca de la 1 de ayer, una joven de 20 años llegó a un drugstore ubicado en la esquina de calle México y pasaje Catamarca, en Villa Urquiza. La supuesta clienta ya había estado en el lugar otras veces y por eso su presencia no llamó la atención del encargado del local. Charlaron un momento en la puerta del negocio hasta que el empleado ingresó porque tenía que realizar tareas de limpieza. A pesar de que el comercio tiene rejas en la entrada, en ese momento estaban abiertas. El joven comenzó a limpiar el baño mientras charlaba con la chica, quien supuestamente permanecía en la vereda.
“No sé si le dio confianza o si la chica se aprovechó”, contó otro empleado, y agregó: “lo que sé es que mi compañero estaba dentro del baño, de pronto escuchó el ruido de la caja registradora y cuando salió la chica escapaba”.
Nicolás Ernesto Prado, de 22 años, estaba a cargo del turno de la noche del drugstore “El Negro” cuando llegó la muchacha. El polirrubro está ubicado a pocos metros de la penitenciaría local y del hospital Nicolás Avellaneda. “La chica se hizo la amiga. Ya había venido otras veces. Aprovechó que el encargado fue al baño y sacó la plata de la caja registradora; unos $ 1.000”, relató a LA GACETA uno de los trabajadores del local.
Una vez obtenido el botín escapó a toda velocidad en una moto Honda Wave hacia el pasaje Catamarca. En ese momento, Prado salió a la calle y se encontró con el guardia barrial que vigila la zona. En medio de una crisis de nervios le relató lo que había sucedido. Le explicó que la joven se movilizada en un rodado de baja cilindrada, roja y negra. Y agregó que la chica era delgada, de tez morena y que vestía un jean negro y una musculosa verde con letras verdes y negras.
Contando con esos datos, el custodio nocturno decidió ir a bordo de su motocicleta particular tras la asaltante. En ese momento comenzó una cinematográfica persecución que se extendería por unas 10 cuadras, hacia el sur.
La persiguió hasta observarla en la esquina de las calles Perú y Marco Avellaneda. Cuando parecía que la joven se saldría con la suya, imprevistamente ella realizó una brusca maniobra y cayó del rodado. El cuidador aprovechó ese momento para reducirla y retenerla. Luego, llamó al Sistema de Emergencias 911.
Como consecuencia de la caída, la ladrona sufrió golpes en diferentes partes del cuerpo, aunque se trataría de lesiones leves, informaron las fuentes consultadas.
Minutos después llegaron los uniformados y trasladaron a la detenida hasta la sede policial. Finalmente, los propietarios del establecimiento junto al empleado radicaron formalmente la denuncia. La causa fue remitida a la Fiscalía VI de Adriana Reinoso Cuello.
Cámaras de seguridad
Los dueños del local pusieron a disposición de la Justicia las imágenes de las cámaras de seguridad del negocio. Será un elemento clave para confirmar que la joven realizó un trabajo de inteligencia previa, ganándose la confianza de Prado para después robarle. “Todavía no pudimos ver las imágenes pero seguro deben haber filmado el momento del robo. Hoy (por ayer) serán entregadas a la Policía para que las analice”, explicó el empleado.