“María se ha ido metiendo en nuestros corazones de una manera maravillosa. A pocos de iniciar esta obra comenzamos a sentir el llamado de la Virgen a seguir este camino”, señala Silvia Elías de Pérez, sin disimular su felicidad por la jornada mariana que se acababa de vivir en San Pedro de Colalao.

“El Mensaje de Lourdes” nació como una iniciativa de un grupo de padres del colegio Sagrado Corazón para hacer una catequesis vivencial que ayude a sus hijos a comprender la historia de María. Lo que parecía fácil para muchos padres, no lo fue en absoluto. Silvia de Pérez, que formaba parte del grupo fundador y que es la autora del guión de la representación, cuenta que la propuesta que le hizo al padre Marcelo Artiguebielle no fue recibida de buenas a primeras como ella pensaba. “Si quieren hacer una catequesis, primero lean este libro, después hablamos”, le dijo el sacerdote a ella y a su marido cuando fueron a plantearle su inquietud.

La obra se fue formando de a poco. Muchos sentimos el llamado y en el camino María nos fue mostrando que para hacer una catequesis vivencial teníamos que ir viviéndola. Cada uno de nosotros lo fue haciendo de manera y en distintos tiempos. Es así como la obra fue creciendo. Hay personajes que crecieron con la obra, y actuaban de la mano del papá o de la mamá y que hoy tienen papeles importantes”, cuenta la integrante del Grupo Lourdes.

Los inicios

“Primero se nos ocurrió llevar la obra a la unión de padres del colegio Sagrado Corazón y proponerles que ese fin de año se expusiera en el teatro Alberdi. Luego propusimos llevar la escenificación a San Pedro de Colalao. Le pedimos a Jorge Alves que nos ayudara, él con mucho cariño les enseñó a los que iban a representar la obra, que por supuesto no eran actores, a caminar en el escenario, a hablar ... Después llegó Ricardo Salim, que nos guió durante dos años, y nos ayudó a mejorar el guión. En ese tiempo los espectadores apenas sobrepasaban las 500 personas”, recuerda.

“Luego llegaron Carlos Kanán y Graciela Weiss, que se iniciaron como actores, porque nosotros necesitábamos que nos ayuden en algunas escenas, hasta que se incorporan al Grupo de Lourdes. Cada uno dio lo mejor de sí. Así el grupo se fue fortaleciendo, de la mano de María.

Hasta que fue monseñor Luis Villalba quien animó al grupo a convertirse en un grupo apostólico. Desde entonces aquellos padres y muchos otros se incorporaron como grupo mariano en la Arquidiócesis.