Pese a que no quiso declarar sobre la causa, a Ángel “El Mono” Ale se le escaparon comentarios que dejaron entrever cuál será su estrategia en el juicio en el que se lo acusa de asociación ilícita junto a otros 15 imputados. Decidió despegarse del resto de los acusados: dijo que esa presunta organización es imposible porque nunca hizo negocios con su hermano -Rubén “La Chancha” Ale-; porque existen personas dentro de ese grupo a la que ni siquiera conoce; y porque hay otros con los que tiene una relación basada en las diferencias, como María Jesús Rivero, acusada por el juez Fernando Poviña de ser una de las líderes del presunto clan, junto a los hermanos.
“Es de público conocimiento que tengo una mala relación con ella. Hubo un distanciamiento en un momento que se agrandó cuando se hicieron cargo de San Martín”, argumentó. También deslizó que en el banquillo de los acusados había gente a la que no conocía, pero no dijo quiénes eran. Cuando se leyó una declaración que había hecho en la etapa de Instrucción se pudo saber que algunas son Víctor Suárez (quien se hizo cargo de la cantina en el estadio de La Ciudadela) y María Esther Picone (esposa de Fabián González, compadre de “La Chancha”).
Fueron tantos los comentarios que realizó “El Mono” sobre la causa, que la presidenta del tribunal, Alicia Noli, le preguntó si estaba seguro de que no quería declarar. Él le respondió que lo hará luego de que se presenten las pruebas. Sin embargo, quiso dejar constancia de que todas las armas que fueron secuestradas en su casa están en regla y que eran para defenderse. También aludió -en el único momento en que se quebró y lloró- a que todo este proceso le había causado una recaída a su hijo Eduardo Said, que intenta superar una enfermedad.
Sin embargo, mientras respondía las preguntas de identificación de las partes, su relato tuvo giros imposibles de pronosticar, como cuando dijo que Rubén Urueña -al que identificó como “Sopa i’ Chancho”- y Domingo Bussi habían querido matarlo; o cuando recordó que le dio un par de cachetazos a Roberto Dilascio, otro de los acusados, por unas declaraciones que hizo sobre la hinchada de San Martín.
Mucho más escueto fue lo de su hermano, “La Chancha”, quien se limitó a responder preguntas de identificación desde su silla especial, y con notables problemas para expresarse por las enfermedades que lo aquejan.
Revés judicial
Al iniciar la segunda parte del debate, el tribunal -constituido por Noli, Gabriel Casas y Carlos Jiménez Montilla- dio a conocer sus resoluciones sobre los planteos que habían realizado los defensores la semana pasada. De todas ellas, sólo se hizo lugar a una, y no completamente.
En primer lugar, se informó que no correspondía la exclusión de la AFIP como querellante, como lo había pedido Gustavo Atim, defensor de Dilascio. Tampoco separarán de la causa a José Lucero, como lo pretendía su abogado, Juan Robles. Por otro lado, se rechazaron los pedidos para que no se cite a una lista de 24 testigos que presentó la fiscalía y no se hizo lugar a la solicitud de nulidad que se hizo en contra de los allanamientos que pidió el fiscal Carlos Brito en 2013 -como lo había postulado Alejandro Biagosch, abogado de “La Chancha”-, ni a los que se realizaron en contra del pedido de elevación a juicio.
Tampoco se llamará a declarar al periodista Christian Sanz -pedido por Biagosch y autor del trabajo “Susana Trimarco SA”, pero no se desistirá del llamado a sus colegas Soledad Vallejos y Sibila Camps, pese a que Cergio Morfil -defensor del “Mono”- había pedido que si no se llamaba a uno de ellos, entonces no se llamara ninguno.
En el caso particular de la defensa de Rivero, a cargo de Carlos Varela Soria, los jueces se comprometieron a solicitar al Gobierno que busque exhaustivamente el convenio que firmó el ex gobernador Julio Miranda, pero nada dijeron sobre el pedido de citación que la parte pretendía. Pese a estas novedades, varios de los abogados reconocieron por lo bajo a LA GACETA que se veían venir este tipo de resoluciones.
La única luz que vieron los representantes legales fue la decisión de llamar a importantes funcionarios de la UIF. Entre ellos estará el ex presidente del organismo, José Sbatella, a quien acusan de armar una causa política.
PARA SACIAR EL HAMBRE.- Durante la mañana, algunos de los imputados fueron preparados para hacerles frente a las largas esperas que suelen producirse en el TOF. Rubén “La Chancha” Ale; su actual pareja, María Florencia Cuño (foto), y su ex novia, María Jesús Rivero, compartieron sándwiches de miga en la sala durante los cuarto intermedios.
SUEÑO.- Durante la mañana, varios de los imputados parecían aburridos y somnolientos. Mientras el fiscal Pablo Camuña argumentaba su rechazo a los diversos planteos de nulidad que habían realizado los defensores, exposición que llevó más de una hora, algunos acusados bajaron la mirada y permanecieron inmóviles. Incluso hubo quienes no pudieron contener los bostezos. Sólo Ángel “El Mono” Ale parecía estar atento a todo lo que se decía y cada tanto se acercaba a su abogado o echaba un vistazo a la documentación.
PEDIDO I.- Cergio Morfil, abogado de Ángel Ale, solicitó al tribunal que preste atención al trato que el personal policial les estaba dando a los acusados. Según afirmó, usan las esposas para apretarles las manos con exageración y sugirió que hay problemas con la comida. “Les recuerdo que no están condenados aún”, aseveró.
Un regalo especial.- El abogado Juan “Chino” Robles (foto), defensor de José Lucero, combinó una corbata rosada con un pañuelo al tono. Según confió, estos fueron un obsequio del presidente ecuatoriano Rafael Correa cuando el tucumano realizó una serie de charlas en universidades de ese país.
Pedido II.- Los defensores de los hermanos Ale rogaron al tribunal que les permitiera a estos visitar a su padre, que se encuentra internado en un sanatorio del centro. “Puede ser una de las ultimas ocasiones que tengan de verlo. Está en grave estado”, pidió Morfil.
INFORMADO.- Durante la parte más tediosa del juicio, en la que se leyó parte del expediente, el defensor oficial Ciro Lo Pinto visitó algunos portales de noticias, locales y nacionales, en su notebook.
Olari Ugrote, abogado de la querella, se molestó con el tribunal
Del lado de la querella, los ánimos no fueron los mejores durante la audiencia de ayer a la mañana. El abogado de la Unidad de Información Financiera (UIF), Martín Olari Ugrote, se quejó ante el tribunal porque consideró que no le permitieron expresarse sobre las cuestiones preliminares del debate oral. Los demás querellantes lo apoyaron en ese reclamo y este pidió que se haga constar en acta la reserva de casación.
La última audiencia se había realizado el viernes. Ese día, los defensores de los 16 imputados habían presentado diversos pedidos que incluían la nulidad del debate oral. En aquella audiencia, el representante de la UIF se había expresado sobre la admisión de ciertos testigos pero Olari Ugrote consideró que todavía le faltaba responder otras cuestiones preliminares, pero todo quedó trunco. “Voy a pedir que se revise la filmación de la audiencia del viernes porque no tuvimos oportunidad de responder los planteos de la defensa. Sólo expresamos las cuestiones preliminares en cuanto a la admisión de testigos, pero no pudimos contestar sobre toda una serie de cuestiones porque el tribunal no nos corrió vista para hacerlo”, afirmó en la audiencia de ayer.
Ante la negativa del tribunal, insistió: “esto es violatorio de las normas constitucionales y de pactos internacionales en cuanto a nuestro derecho de ser oídos en juicio; es arbitraria la resolución del tribunal, por eso pedimos la nulidad y hacemos reserva de casación”.
Los jueces Alicia Noli, Gabriel Casas y Carlos Jiménez Montilla se retiraron 20 minutos a deliberar esta cuestión. Al regresar, comunicaron que no harían lugar al pedido del querellante y que consideraban que su turno para expresarse sobre las cuestiones preliminares había expirado. Tras escuchar esa resolución, Olari Ugrote pidió que conste en acta la reserva de casación. Lo mismo hicieron las dos representantes de la AFIP, organismo que fue ratificado ayer como querellante.
Sólo el fiscal federal, Pablo Camuña, hizo alusión a las cuestiones preliminares. Con un extenso argumento, solicitó que se rechacen todos los planteos de nulidades que habían realizado los defensores. Finalmente, el tribunal desestimó la mayoría de las presentaciones de los defensores (Ver “Nunca podría asociarme con Rivero”).
Por otro lado, tal como lo había adelantado a LA GACETA, Olari Ugrote pidió incorporar como prueba el caso del “Chueco”, el hombre acusado de un robo que fue secuestrado y torturado en una empresa de taxis. “Son hechos demostrativos de nuestra acusación”, afirmó, al vincular el episodio con Rubén “La Chancha” Ale, dueño del lugar de la golpiza.