En la lucha contra el narcotráfico ningún dato es menor. Normalmente, los investigadores intentan armar una especie de rompecabezas para tratar de descubrir el accionar de una banda. Y eso es lo que están haciendo para confirmar o descartar que un grupo integrado por colombianos ingresa cocaína por Bolivia para distribuirla en el país.

Por segunda vez en menos de tres meses, Gendarmería Nacional secuestro esa droga que era trasladada en bolsas llenas de ajíes en Trancas. El primer hallazgo fue de 55 kilos y el segundo, concretado el lunes, de más de 11 kilos de “merca”. En Bolivia, el valor de esa carga llega a unos U$S 198.000 (razón de unos U$S 3.000 el kilo), pero en Buenos Aires su cotización se incrementa en por lo menos un 50% más. Es decir, los 66 kilos de esa sustancia tienen un valor en la calle de unos $ 5 millones.

Los gendarmes encontraron similitudes en ambos casos. Los narcos utilizaron ajíes y orégano para evitar que los perros que detectan drogas los encuentren en las bodegas. Cargaron las bolsas en la misma línea de ómnibus de larga distancia. Ambos embarques partieron desde La Quiaca y habrían tenido como destino Buenos Aires, pero no se descarta que la droga pudiera haber sido descargada en otra ciudad. Nunca se logró detener a nadie porque no pudieron encontrar a los dueños.

Sin embargo, en el primer secuestro salió a la luz un interesante dato. Los pasajeros declararon que dos hombres de origen colombiano se bajaron del micro después de haber recibido una llamada en su celular. Los pesquisas sospechan que otros hombres viajaban delante del colectivo para vigilar si existían controles, una práctica muy utilizada por las bandas y conocida como “abriendo camino”. No hubo mayores avances en la investigación de esta línea.

En la mira

El fiscal federal Pablo Camuña confirmó que por el segundo secuestro no hubo detenidos. “Se identificó a todos los pasajeros y se está investigando. Gendarmería está siguiendo una línea e irán solicitando medidas para realizar en el transcurso de los días”, destacó en una charla con LA GACETA.

El investigador aclaró, además, que por ahora no puede se confirmar una línea colombiana. “No se descarta nada”, indicó una alta fuente de la Justicia Federal que sí anuncio que desde hace varios meses que se sospecha que en esta banda podría estar integrada por caribeños.

Desde hace más de dos años, las fuerzas de seguridad nacionales y de las provincias de la región realizan informes de inteligencia sobre la presencia de colombianos en esta parte del país. Una fuente del Ministerio de Seguridad de la Nación indicó que Salta es la provincia donde se pudo encontrar la mayor cantidad de colombianos. En Tucumán, en cambio, ubicaron a grupos radicados en Alderetes y en Aguilares.

“En base a las averiguaciones que realizamos, se dedican a la venta de muebles en cuotas. Van casa por casa ofreciendo sus productos. No tenemos pruebas que estén vinculados a la usura como se dice y, mucho menos, al narcotráfico”, explicó la misma fuente.

Esta no es la primera que en una investigación se menciona la posible participación de caribeños en el negocio de la droga en nuestra provincia. Hace meses, vecinos de Aguilares denunciaron que había colombianos cuando se investigaba la guerra que mantenían en esa ciudad Los Coriofos y Los Pibes de la Villa Nueva. Justamente, uno de los líderes del primer grupo, identificado como “Castells” fue detenido por la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal, acusado de vender cocaína y marihuana en esa ciudad del sur de la provincia.

En los tribunales provinciales si se iniciaron causas contra estos inmigrantes. Según la información que pudo recolectar LA GACETA, fueron denuncias realizadas por clientes que no les pagaban los productos que le habían adquirido. También se estableció que ninguno de los procesos prosperó y que la mayoría de ellos terminaron siendo archivados.

Reunión

En la última reunión del Consejo del Interior de Seguridad, realizado en diciembre en San Salvador de Jujuy -en la que estuvieron Regino Amado y Paul Hofer representando a la provincia- los ministros y secretarios de Seguridad trataron este tema.

Con la ministra Patricia Bullrich hablaron de la importancia de estar atentos al movimiento masivo de inmigrantes. Y, en caso de detectarlo, se comprometieron a intercambiar información de utilidad para cualquier investigación.

Los pesquisas creen que en Bolivia podrían haberse radicado grupos narcos para producir y distribuir drogas a nivel internacional. Sin embargo, sospechan que utilizan la vía del pacífico para trasladar cocaína a Estados Unidos y Europa, principalmente. Según esta hipótesis, a nuestro país enviarían cantidades menores y, por una cuestión de costos, no utilizarían estas rutas para traficar toneladas de “merca” al norte.

Sorpresa

El sicario peruano que visitó tucumán

Los efectivos del Sistema 911 fueron al lugar pensando que se trataba de un incidente en el bar. Sin embargo, cuando intentaron identificar al joven que generaba problemas, se dieron cuenta que era peruano y que había dudado mucho a la hora de mostrar su documentación. Lo detuvieron por una contravención y, por una búsqueda en Internet, descubrieron que había sido detenido en su país de origen por ser un sicario que participó en la fuga del líder de una banda narco de un hospital. Con ese dato, pidieron información a la Dirección de Migraciones, Interpol y la policía de Perú para determinar si tenía pedido de captura. Les respondieron que había ingresado desde Bolivia al país de manera legal y que no había pedido de captura en su contra. Fue liberado tres días después y se lo vigiló permanentemente hasta que terminó viajando hacia el sur del país. “Le informamos a los colegas de otras provincias para que estén al tanto, pero desconocemos si sigue en el país o si ya regreso a su patria”, dijo una fuente.