J., la joven que reveló que debía dormir en hospitales por miedo a las agresiones de su ex esposo, prometió que abandonará la provincia. Lo dijo apenas después de enterarse de que al acusado le habían dado tres meses de prisión preventiva. La defensa, en tanto, expresó que la medida se tomó por la presión que sufrió la Justicia ante la mediatización de la causa.

“Es una injusticia que le dieran tan poco tiempo de prisión después de todo lo que me hizo. ¿Y mi vida? ¿Yo qué hago ahora? Me voy a ir de la provincia. Así no se puede vivir”, expresó la joven ante LA GACETA. Luego agregó que aún cuenta con una consigna de protección policial, pero eso no le quita el miedo.

El caso se conoció en noviembre y fue replicado por medios de todo el país. El acusado, que tenía pedido de detención de la fiscala Adriana Reinoso Cuello, fue atrapado cerca de su casa. Desde ese momento se encuentra tras las rejas.

“Su abogado está defendiendo a un delincuente. Va a salir y va a volver a hacer daño”, advirtió la joven de 26 años. Su madre se sumó al temor. “Esta situación nos aflige y nos preocupa por nuestra integridad. Pero yo les prometo algo: voy a dejar hasta lo último que tengo para evitar que le pase algo a mi hija o a mi nieto (es hijo del acusado). Y si me tienen que cortar la pierna, ‘ramiandome’ lo voy a evitar”, sostuvo en relación a su problema de diabetes.

Según había explicado J. en una entrevista, las agresiones comenzaron en mayo. “Yo había vuelto de vender cosas dulces, que es a lo que me dedicaba. Ahora no puedo salir porque él se esconde en la calle. Ese día sentí una patada en la puerta. Era él. Estaba drogado y borracho. Me tomó de los pelos y me dijo ‘hija de puta, te voy a matar’. Después me hizo dar la cara contra la pared”, relató.

Ambas dijeron que tienen previsto viajar durante la primera quincena de enero a otra provincia (pidieron que no se dijera cuál, por motivos de seguridad). Allí las esperarán algunos familiares. “Se enteraron de esto por las noticias y nos llamaron. Nos ofrecieron darnos un techo. Saben que algún día él va a quedar libre y que a esto hay que cortarlo de raíz, no nos queda otra opción”, explicó la madre de J.

“Causa mediática”

José del Río, el abogado del acusado, está convencido de que la prisión preventiva fue otorgada por la fuerza que tomó la historia a través de los medios: “Eso generó una presión muy grande en la Justicia”, opinó.

La defensa pidió la excarcelación bajo varios argumentos. “De las 10 denuncias que se realizaron en su contra, casi todas están archivadas. Además, hay un testigo que estuvo el día de la supuesta agresión y dijo que mi cliente jamás apareció por la casa de J. Por último, se lo acusa de tres delitos: amenazas coactivas agravadas por el uso de armas, lesiones leves y desobediencia judicial. Sobre esto, es imposible que se lo acuse por desobediencia por que él no pudo ser notificado, ya que la denunciante dio mal la dirección del domicilio. Esto está probado. Por último, se realizó un allanamiento y no se encontró la supuesta pistola con la que hizo las amenazas”, deslizó Del Río.

Sobre el testigo que citó, sólo se pudo saber que se trata del ex novio de la actual pareja del denunciado. Este dijo: “yo creo que J. tiene una obsesión con su ex esposo”. Esta frase fue utilizada por la defensa en la solicitud de excarcelación, bajo el argumento de que las “denuncias de la presunta víctima serían por la frustración de su relación sentimental con el imputado”.

Ahora, anticipó Del Río, su equipo trabajará en la apelación de la prisión preventiva. Su defendido se encuentra alojado en el penal de Villa Urquiza.

El fallo

La decisión de excarcelar al denunciado o darle la prisión preventiva recayó en el Juzgado de Instrucción de turno. Desde allí se consideró, luego de estudiar los argumentos de la Fiscalía, que “al enumerar las pruebas que se recolectaron en la instrucción de la presente causa, se llega a la conclusión de que estas incriminan al imputado”.

Además, en el fallo, se le respondió al pedido de excarcelación. “La defensa señala que los hechos por los que se acusa a su defendido, por la baja magnitud de la pena, ingresan provisoriamente en la calificación de delitos excarcelables, y que no existen elementos que permitan presumir la presencia de riesgo actual e inminente de eludir el accionar de la justicia”, se enumeró, antes de replicar: “corresponde el rechazo. La cautelar coercitiva en contra del imputado tiene la finalidad estrictamente procesal de evitar que este eluda a la justicia o entorpezca la investigación”.

Violencia de género I 

Mientras él intentaba resguardarse, ella le gritaba insultos y le pegaba

Si bien la inmensa mayoría de los casos de violencia de género se produce cuando un hombre agrede a una mujer, la Policía tuvo que intervenir en un caso que se dio al revés. Vecinos de la zona norte alertaron al 911 que habían visto que una mujer de 30 años estaba agrediendo en su casa a un hombre de 27. Ella no sólo le pegaba, sino también lo insultaba. Dos agentes de la Motorizada, a cargo de Daniel Ruiz, llegaron al lugar y llevaron a ambos a la comisaría 5°. La Fiscalía de turno ordenó que los dejaran marcharse.

Violencia de género II

Se negó a hablar con su ex novio y él la amenazó con un arma de fuego

Una joven de 22 años vivió un momento de terror cuando vio que afuera de su casa estaba estacionado el Fiat Uno blanco de su ex novio. Según relató ella, él había manejado desde Banda del Río Salí -donde vive- hasta la casa de su ex novia, en la zona oeste de la capital. Cuando la denunciante salió para pedirle que se fuera, su ex le retrucó que sólo quería hablar un momento. Ella se negó y él perdió los estribos. Ante la negativa sacó un arma y la obligó a subirse al vehículo. Ella salió corriendo hasta su casa.