El ex vendedor ambulante Luis “El Gordo Vaca” Vega y su banda, acusados de tráfico de drogas, seguirán presos. Ayer se conoció la resolución del juez federal Fernando Poviña, quien ordenó la prisión preventiva de nueve personas sospechadas de integrar esa organización. Con este fallo ya son tres las supuestas bandas “narcos” que pasarán las fiestas de fin de año privadas de la libertad. Las otras dos son la de “El Gordo” Rogelio y la de César Trayán.
Además de “El Gordo Vaca”, quien lideraría la banda, fueron alcanzados por el fallo Alejandro “El Seco Ale” Astorga, Víctor Rubén Astorga, Rubén Darío “Ojo” Astorga, Juan Manuel Carofile, David “Arnold” Rivadeneira, Roberto “El Boliviano” Peña, Enrique “Kike Faso” Bepre y Liliana “La Flequilluda” Gutiérrez. Poviña los imputó por los delitos de tráfico y comercialización de estupefacientes y asociación ilícita agravada por el número de integrantes, entre otros.
Durante varios allanamientos que se realizaron en el marco de esta investigación, dirigida por el fiscal federal Pablo Camuña, fueron secuestrados 150 kilos de marihuana, 15 kilos de cocaína, 21 vehículos, cinco armas de fuego, $ 750.000, títulos de propiedades y de autos de alta gama, 50 celulares, 32 plantas de marihuana, 15 kilos de manitol (sustancia que se usa para estirar la cocaína) y otros elementos para el fraccionamiento y preparación de drogas.
El fiscal tiene pruebas de que esta organización se dedicaba a traer droga desde distintas provincias para luego procesarla, fraccionarla y venderla a redes de narcomenudeo en el sur del Gran San Miguel de Tucumán, La Bombilla, Villa Carmela y Las Talitas, entre otros puntos. Además, alquilaban casas para acopiar cocaína y marihuana sin levantar sospechas. Incluso, según confiaron fuentes de la investigación, esas viviendas tenían los muebles indispensables para no llamar la atención del vecindario.
“El Gordo Vaca” era conocido en su barrio (Villa Vaca) porque se dedicó a la venta ambulante de frutas y verduras, primero, y de productos de limpieza, después. Sin embargo, de un día para otro comenzó a tener un buen pasar. Fuentes del caso dijeron que sus vecinos se sorprendieron cuando empezaron a verlo pasar en autos lujosos y joyas de oro. Incluso comentaron que se puso implantes de ese metal en los lugares donde no tenía piezas dentales. También aseguraron que le gustaba rodearse de bellas y jóvenes mujeres.
Pero su debilidad serían los vehículos. Entre los 21 autos que secuestró la Justicia figura un Toyota Camry V6, cuyo valor en el mercado es de U$S 73.800 (más de $1,1 millón).
Toda esa vida de lujos terminó a principios de noviembre, cuando fue detenido.