La primavera menemista nació turbulenta en Tucumán. El combate por la toma del poder lo ganó el binomio Carlos Menem-eduardo Duhalde, pero en el ámbito provincial se abrió otro debate.
El arrastre electoral que reveló Antonio Bussi con Fuerza Republicana en la elección presidencial del 14 de mayo espantó a peronistas y radicales.
Un fallo de la Corte Suprema de Justicia había anulado la convocatoria a renovación de legisladores provinciales para el 14 de mayo por inconstitucional. El distrito único programado chocó con la representación departamental prevista por la Carta Magna de 1907.
También estaba en juego la integración de la futura Convención Constituyente. El diseño institucional que surgiera de ella, estaría teñido ideológicamente por la fuerza política mayoritaria.
Septiembre se desplegó entonces signado por esas incertidumbres. Las idas y vueltas por la nueva ley electoral y el temor a la intervención federal agitaban a los políticos trucamos. Las divergencias entre diputados y senadores dieron forma a un contexto enredado.
Rumbo a Buenos Aires
para los periodistas, el peregrinaje a la Casa Rosada se convirtió en una rutina. A ella también acudieron Buz y Alberto Germanó, diputados nacionales electos por FR .
El descontento de los empleados públicos y las dificultades que trababan la marcha de la zafra redondearon un panorama social as complejo.
Las desavenencias legislativas arrancaron en agosto. El 26 de ese mes, la Cámara de Diputados modificó el proyecto girado por el Senado, que excluía de la elección a los departamentos Capital, Tafí y Trancas. El texto aprobado por esa cámara ordenaba elegir diputados y senadores en los 11 departamentos. Lo propuso Néstor Varela (PJ), que consiguió 16 votos. Neri Santillán (UCR) propició la división en dos secciones (Capital e Interior) logró 15 votos. Por la ley del Senado, votaron 7 diputados. Empezó en ese momento la guerra parlamentaria.
El Senado tenía la decisión de insistir con el proyecto de Hugo Lazarte y Armando Boullhesen (tachado en Diputados). Se descontaba que la iniciativa de Varela no alcanzaría los dos tercios devotos para quedar convertido en ley. Y para los peronistas, la Casa Rosada liquidaría e l pleito.
Carlos Corach, subsecretario de Interior de la Nación, e habló en esta ciudad con todos los actores el 5 de septiembre. No se está pensando en la intervención federal, dijo, Y elogió el fallo de la Corte local porque garantizó la voluntad irrestricta de la ciudadanía.
Días después, legisladores del PJ se entrevistaron con el ministro del Interior, Eduardo Bauzá, y Corach. Se tejió un acuerdo peronista para que se eligiera en los 11 departamentos, bendecido por Duhalde Sin embargo el Senado avaló por 15 votos a dos el proyecto que excluía a Capital, Trancas y Tafí de la cita en las urnas. Los radicales Mario Marigliano y Cecilio Heredia votaron en contra.
Indignado, Duhalde dio por terminada su mediación en el caso tucumano. Por un comunicado expresó su profundo desacuerdo con la decisión del Senado. Mientras tanto, el diputado ucedeísta Francisco de Durañona y Vedia abogaba por la intervención federal, arguyendo. entre otras cosas, el desorden del sistema electoral.
El final del pleito
El conflicto escaló hasta el despacho presidencial. Así se conoció el 20 que Menem compartía el criterio de que se sufragara en toda la provincia. Las autoridades van a actuar legitimando el voto de su pueblo, planteó.
Bussi y Germanó, en tanto, escucharon de Menem y Duhalde la promesa de elecciones transparentes y sin proscripcioes.
Diputados, finalmente, sancionó la ley del Senado. El PJ apostó a la salida por la Casa de Gobierno. Domato vetó la ley y por decreto citó a comicios en 11 departamentos para el 5 de nnoviembre. La ley electoral nació muerta