“(Rubén Ale) creó la firma Cinco Estrellas, la cual cumplía una doble función, por un lado, permitía realizar los traslados de personas víctimas de trata y, por otro, aparentaba realizar un negocio ilícito que servía de pantalla ideal para ingresar al circuito legal dinero proveniente de su delictiva organización. Se trata de indicios que fortifican el vínculo entre la explotación sexual de mujeres y los integrantes de la sociedad delictiva, Rubén Ale y María Jesús Rivero, verdaderos titulares de la remisería”, sostuvo el juez federal N°2 Fernando Poviña cuando decidió pedir que los acusados sean enjuiciados.
En el juicio por la desaparición de Marita Verón hubo numerosos testimonios que fueron tomados como pruebas para este caso. Por ejemplo, el comisario Julio Benjamín Fernández, jefe de la División Trata de Personas, que contó sobre un hallazgo que realizó en un prostíbulo de Nonogasta (La Rioja). Dijo que en una carpeta hallaron publicaciones de diarios donde se refería al trabajo de las “coperas” y, el más sorprendente, un papel en el que tenía unos números de teléfonos con el mensaje: “cuando lleguen a Tucumán comunicarse con autos Cinco Estrellas”.
En la sede de la remisería, según consta en el expediente judicial, los investigadores encontraron una hoja de ruta punteada que tenía como título “Puntos” que tenía nombres de fantasías y direcciones. Los investigadores de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) comprobaron que correspondían a hoteles alojamiento del Gran San Miguel de Tucumán.
El testigo que está protegido e identificado como JTP-245 (declaró en junio de 2014) identificó al “Clan Ale” como parte de una amplia red de trata y explotación sexual de mujeres, con ramificación en nuestra provincia, La Rioja y Catamarca.
“Manifestó que Rubén Ale era quien trasladaba a las víctimas al sitio donde se concretaba la explotación sexual, explicando que esto se hacía en las madrugadas y con vehículos de la remisería Cinco Estrellas”, se puede leer en la investigación que realizó la UIF.
El testigo, que se presentará en el juicio que comenzará el viernes, declaró además que “las chicas podían encontrarse en La Rioja, donde articulaba la conexión Daniela Milhein (condenada en dos juicios por trata) con Irma Medina y José “Chenga” Gómez o en la provincia de Catamarca, en cuya zona era Carlos Roldán, ex técnico de San Martín, la persona encargada de las tareas pertinentes”.