Thomas L. Friedman / The New York Times

En 2015, drones estadounidenses armados que volaban sobre el este de Siria acosaron a Yunaid Husáin, un influyente hacker (ciberpirata) y reclutador de Estado Islámico.

Durante semanas, Husáin tuvo cuidado de mantener a su pequeño hijastro junto a él, y los drones no dispararon. Sin embargo, una noche, ya tarde, Husáin salió solo de un cibercafé y, minutos después, un misil Hellfire lo mató cuando caminaba entre dos edificios, en Raqa, Siria, la capital de hecho de Estado Islámico.

Husáin, de 21 años, de Birmingham, Inglaterra, era dirigente de una banda de especialistas en informática, de habla inglesa, que le había dado un megáfono de gran alcance a la propaganda de Estado Islámico y había exhortado on line a los seguidores a llevar a cabo ataques en Occidente.

Las fuerzas estadounidenses y aliadas han matado, uno por uno, a los más importantes de la aproximadamente docena de integrantes de una célula, a la que el FBI llama “la Legión”. Esto fue parte de una campaña secreta que, en gran medida, ha silenciado a una voz poderosa que había generado un aumento de la actividad contraterrorista por todo Estados Unidos en 2015, a medida que los jóvenes, hombres y mujeres, recibían la influencia de su propaganda.

Funcionarios estadounidenses, militares, agentes de inteligencia y de las fuerzas del orden reconocen que Estado Islámico aún conserva un sofisticado brazo de medios sociales que todavía pueden inspirar ataques, como los de San Bernardino, en California, y en Orlando, Florida, y sigue siendo un enemigo potente, del que se sospecha que mantiene células clandestinas en Europa. Sin embargo, señalan un esfuerzo coordinado en contra de la Legión como evidencia del éxito que ha tenido Estados Unidos en reducir la capacidad de Estado Islámico para dirigir, facilitar o inspirar ataques en contra de Occidente.

Amenaza

Al principio, los funcionarios de las fuerzas del orden veían que la Legión representaba una amenaza. Sin embargo, conforme empeoró esa amenaza el año pasado y el FBI redobló el monitoreo de los sospechosos de terrorismo en todo Estados Unidos, el FBI presionó al ejército para que se concentrara en el grupo, según funcionarios estadounidenses tanto activos como dados de baja.

Mientras las fuerzas estadounidenses y británicas realizaban una serie de ataques con drones contra miembros del grupo, el FBI filtró miles de seguidores de la Legión en los medios sociales para descifrar quiénes realmente se habían inspirado para actuar. En los dos últimos años, ha detenido a casi 100 personas en casos que involucran al grupo terrorista.

Varias de las aprehensiones fueron de personas que tuvieron contacto directo con la Legión. Muchas otras aparecieron en el radar del FBI porque sus agentes se hicieron conscientes de ellas en virtud de sus conexiones con Husáin y con Reyad Jan, otro ciudadano británico dirigente del grupo, informó Andrew McCabe, subdirector del FBI. Husáin tenía diversas funciones, incluida la de hacker. Estaba vinculado para obtener información personal de más de 1.300 empleados estadounidenses militares y gubernamentales. En marzo de 2015, su grupo publicó los nombres y direcciones de elementos del servicio con estas instrucciones: “Mátenlos en su propia tierra, decapítenlos en sus propias casas, mátenlos a puñaladas cuando caminen por sus calles pensando que están seguros”.

Más importantes fueron los esfuerzos de Husáin como reclutador en línea.

Según los autos judiciales, Husáin se comunicaba con, por lo menos, cuatro hombres en cuatro estados para implorarles que iniciaran ataques o los ayudaran a propagar el mensaje de Estado Islámico. Husáin estuvo detrás de la conspiración para decapitar a Pamela Geller, autora de un blog conservador. A principios de 2015, Husáin empezó a comunicarse con Usaamah Abdulá Rahim, de 26 años, y lo instruyó para matarla.

Rahim abandonó el plan abruptamente y decidió, en cambio, matar a un policía de Boston. El FBI lo estaba monitoreando; lo mataron a balazos en junio de 2015, después de que confrontó a un equipo de vigilancia del FBI con un cuchillo. También aprehendió a dos asociados de Rahim que, según dijeron los fiscales, estaban involucrados en el complot.

Conspiraciones

Los asociados de Husáin también estaban ocupados. Otro británico, Raphael Hostey, estaba en contacto con Mohamed Hamzah Jan, de 19 años, de Bolingbrook, Illinois. Jan trató de viajar a Siria con sus dos hermanos menores antes de que lo detuviera el FBI.

En otra conspiración que interrumpió el FBI, Husáin instruyó a un estudiante universitario de Ohio, llamado Munir Abdulkader, para que secuestrara a un militar y grabara su asesinato en video. Después, Husáin le pidió a Abdulkader que atacara un cuartel de la Policía en la zona de Cincinnati. Cuando este se preparaba para la operación suicida, le contó a Husáin de su destreza en el campo de tiro. Husáin respondió: “La próxima vez, le disparas a ‘kufar’ en la cara y el estómago”. “Kufar” es un término peyorativo para designar al no musulmán.

Abdulkader, de 21 años y nacido en Eritrea, fue detenido y se declaró culpable de apoyo material al terrorismo y de confabulación para asesinar a militares y policías. Fue sentenciado a 20 años de cárcel.

El año pasado, el FBI detuvo a Justin Nolan Sullivan, un hombre de Carolina del Norte, de 19 años, y lo acusó de tratar de proveer apoyo material a Estado Islámico. Los fiscales federales dicen que planeó atacar un sitio público con un tiroteo masivo. Las autoridades dijeron que Sullivan y Husáin habían hablado de hacer un video del ataque para utilizarlo como propaganda. Cuando los padres de Sullivan expresaron su inquietud porque su hijo había comprado un silenciador, él se acercó a un empleado encubierto del FBI y le habló de matarlos. También se levantaron cargos contra Sullivan, quien describió a Husáin como parte del ciberequipo de Estado Islámico, por haberle disparado fatalmente en la cabeza a su vecino de 74 años.

Un funcionario sénior de las fuerzas del orden estadounidenses describió la primavera y el verano (boreales) de 2015 como una pesadilla para el FBI. El incremento pronunciado en la actividad terrorista desconcertó al FBI. La tensión fue tan grande, dijo James B. Comey, director del FBI, que estaban batallando para mantenerle el paso a la amenaza, lo que los obligaba a colocar agentes criminalistas en escuadrones de vigilancia.

La Legión, destruida

Pero al fin y al cabo, por haber atacado una y otra vez, las fuerzas estadounidenses y británicas emprendieron la destrucción de la Legión. Se reportó que Hostey murió en mayo. Varios meses después, mataron a Reyad Jan con ataque con drones.

El australiano Neil Prakash fue el blanco de un ataque más o menos al mismo tiempo. Un alto funcionario estadounidense dijo que Prakash había sobrevivido y solo estaba herido. En las últimas semanas, no obstante, un gobierno de Medio Oriente detuvo a Prakash, según informó otro alto funcionario militar de EEUU.

Husáin murió en agosto de 2015. Se cree que su esposa, Sally Jones, ex música de rock punk del sudeste de Inglaterra, quien se fue con él a Raqa, está viva. También murió Shawn Parson, que era trinitario y parte del círculo de Husáin.

Funcionarios estadounidenses dicen que les ha sorprendido que Estado Islámico no haya podido remplazar a Husáin y a otros integrantes de la Legión con hackers de habilidades comparables. Sin embargo, el FBI sigue tratando de resolver el legado de Husáin.

“Seguimos lidiando con las repercusiones de esa situación y el reclutamiento de esa red, hasta estos días”, dijo McCabe, el subdirector del FBI.