La búsqueda de Milagros de los Ángeles Avellaneda, desaparecida junto a su bebé desde el 28 de octubre, tuvo hoy un nuevo capítulo.
La Policía llevó a cabo hoy un rastrillaje desde San Cayetano hasta Famaillá, en márgenes del Río Salí, desde el puente Lucas Córdoba hasta el departamento Leales y el municipio de Alderete en sus márgenes.
El operativo fue dispuesto por la Fiscalía en lo penal de instrucción de la III nominación, a cargo de María Del Carmen Reuter. Participaron las divisiones de Delitos Rurales, Infantería capital, Infantería Norte, Infantería Este, Grupo Cero, Policía Lacustre y Delitos contra las personas. El objtivo no era sólo el de hallar a la mujer y a su pequeño hijo, sino también algún indicio, rastro o elementos que permita avanzar en la investigación.
El día de su desaparición, el teléfono de Milagros se apagó y ella jamás se comunicó con ninguno de sus familiares, ni siquiera el domingo 13 de noviembre, día en que su hijo mayor cumplía siete años. Sin embargo, antes de que se perdiera el rastro a su celular, la muchacha le envió un mensaje a una amiga donde le decía que estaba con su pareja, Roberto Carlos Rejas, un guardiacárcel de 30 años, y que este le estaba pegando trompadas. Luego le enviaba otro donde le decía que el presunto agresor se había cansado de lastimarla. Rejas finalmente quedó detenido.
La búsqueda de Milagros de los Ángeles Avellaneda, desaparecida junto a su bebé desde el 28 de octubre, tuvo hoy un nuevo capítulo.
La Policía llevó a cabo hoy un rastrillaje desde San Cayetano hasta Famaillá, en márgenes del Río Salí, desde el puente Lucas Córdoba hasta el departamento Leales y el municipio de Alderetes en sus márgenes.
El operativo fue dispuesto por la Fiscalía en lo penal de instrucción de la III nominación, a cargo de María Del Carmen Reuter. Participaron las divisiones de Delitos Rurales, Infantería capital, Infantería Norte, Infantería Este, Grupo Cero, Policía Lacustre y Delitos contra las personas. El objtivo no era sólo el de hallar a la mujer y a su pequeño hijo, sino también algún indicio, rastro o elementos que permita avanzar en la investigación.
El día de su desaparición, el teléfono de Milagros se apagó y ella jamás se comunicó con ninguno de sus familiares, ni siquiera el domingo 13 de noviembre, día en que su hijo mayor cumplía siete años. Sin embargo, antes de que se perdiera el rastro a su celular, la muchacha le envió un mensaje a una amiga donde le decía que estaba con Roberto Carlos Rejas, un guardiacárcel de 30 años, y que este le estaba pegando trompadas. Luego le enviaba otro donde le decía que el presunto agresor se había cansado de lastimarla. Rejas finalmente quedó detenido.