Mientras realizan una desesperada búsqueda para dar con el paradero de Milagros de los Ángeles Avellaneda y su hijo de casi dos años, los efectivos de la Policía secuestraron tres autos más por orden de la Justicia. La intención es analizarlos para saber si estuvieron implicados en la desaparición.
Estos tres vehículos se suman al Gol Trend que ya fue retenido y que pertenece al único detenido por la causa, un guardiacárcel de 30 años. Si bien no se dieron precisiones sobre los modelos, una fuente tribunalicia confirmó que pertenecen a personas que forman parte del círculo más íntimo del sospechoso.
Según las órdenes que partieron desde la fiscalía III, a cargo de María del Carmen Reuter, los tres automóviles deberán ser sometidos a la prueba del luminol, para saber si allí hay restos de sangre. En el auto del detenido, la prueba dio un resultado positivo. Sin embargo, deberán realizarse análisis más específicos, porque el vehículo parecía haber sido lavado recientemente. En este lugar, además, hallaron cabellos, que están siendo analizados para determinar su material genético y así saber si son de Milagros.
Sin descanso
Por lo que se pudo saber, la fiscalía trabajará hoy y mañana, pese a no estar de turno. Esto obedecería a dos razones: por un lado, no quieren frenar la serie de allanamientos y medidas que se están realizando para encontrar a la joven y a su hijo. Ambos desaparecieron el 28 de octubre cuando salieron de su casa en el barrio Lola Mora. En ese sentido, una de las preocupaciones más grandes que tienen los investigadores es que consideran que pasó demasiado tiempo sin saber nada de ellos.
Por otro lado, desde la Justicia se está trabajando a destajo porque el lunes se vence el plazo de detención del único sospechoso y deben decidir si se elevará un pedido de prisión preventiva -lo que implica que podría estar hasta dos años privado de su libertad mientras se investiga el caso- o bien, se lo deja en libertad. Si bien no se brindaron informaciones oficiales al respecto, LA GACETA pudo saber que existe otra prueba, además del luminol, que compromete al acusado.
Se trata de dos audios que Milagros envió a una amiga el mismo día de su desaparición. En el primero, le dice que el sospechoso le estaba pegando frente al pequeño. En el segundo, le cuenta que el hombre “se cansó de agredirla”, y que en ese momento estaban hablando.
La presencia de este hombre es una de las grandes incógnitas del caso. Los investigadores aún no pudieron determinar si la joven tenía una relación con él, aunque sus amigas dejaron trascender que podría ser el padre del niño. Una de las amigas, la misma que recibió los audios, habría dicho que ella misma había sido testigo de las agresiones un mes antes de la desaparición de Milagros, cuando la acompañó a la casa del hombre.