Media hora después de que Leandro Matías Meyer fuera herido en el asalto, un joven motociclista abandonó a un adolescente baleado al frente de la comisaría de El Colmenar que luego murió en un hospital, en William Cross al 3.000. Los investigadores creen que el joven podría estar involucrado en el mortal ataque que sufrió el policía.
Hugo Exequiel Cáceres, de 17 años, fue encontrado con un disparo en el pecho por un joven que les avisó a los uniformados de la dependencia policial lo que había ocurrido. Un testigo, según fuentes cercanas a la investigación, relató que había sido arrojado allí por otro joven que circulaba en una Honda CG roja y que huyó del lugar. El herido, fue trasladado hasta el Centro de Salud, donde finalmente falleció.
En ese momento la Policía inició una búsqueda para intentar dar con el conductor de la motocicleta pero hasta anoche no había mayores avances. Luego consultaron su plantilla prontuarial y se dieron con que Cáceres tenía antecedentes penales. Fuentes de la fuerza precisaron que el adolescente había sido acusado por un robo agravado cometido en noviembre del año pasado, en jurisdicción de la seccional 14ª.
Los vecinos de la comisaría consultados por este diario aseguraron no haber visto nada la noche anterior. Una jovencita que lloraba en la vereda se limitó a decir que era su ex novia y que no tenía idea de lo que pudo haber pasado.
Personal de la División Homicidios, al mando del comisario Hugo Cabezas, sospechan que el joven podría haber estado involucrado en el crimen de Meyer.
Confirmaron que el policía realizó varios disparos contra los jóvenes que lo asaltaron. Testigos también declararon que los ladrones huyeron hacia el Este y que se dirigían a El Colmenar.
Hay un solo elemento que los hace dudar: los asaltantes se movilizaban en una Twister blanca, una moto diferente en la que trasladaron a Cáceres.
Los pesquisas, hasta el cierre de esta edición, no habían recibido los resultados de la autopsia que se le practicó a Cáceres para determinar el calibre del proyectil que acabó con su vida es nueve milímetros como el arma reglamentaria que utilizó Meyer para defenderse.