El insólito hecho sucedió en una de las cabinas en el estadio de Arsenal, durante el partido contra River. Mientras el duelo transcurría sin problemas en el césped del Viaducto, ante el descuido de los periodistas que tenían designada una cabina de transmisión, un perro ingresó en el lugar y se comió los sanguchitos del servicio de catering que los directivos locales habían dejado para la prensa. Claro que tan curioso momento no pasó desapercibido.