BOGOTÁ.- Cada día que pasa se agudiza, un poco más, la tensión política que existe entre el gobierno nacional bolivariano y la oposición que reclama el respeto al voto popular y la restitución del procedimiento de recolección de firmas para poner en marcha el referéndum revocatorio contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Justamente, el mandatario amenazó con denunciar a los miembros opositores de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) que promovieron una investigación para determinar su responsabilidad política en la crisis del país y se pronunció a favor de “llevar a la cárcel a todo el que viole la Constitución”.

“Yo no voy a estar parado ni a cruzarme de brazos cuando ellos quieren llenar de violencia y sangre al país, cuando el país tiene instituciones. No me voy a quedar cruzado de brazos ante este golpe de Estado, que derrotaremos. Que le quede claro a los golpistas”, advirtió Maduro durante un acto oficial.

Las declaraciones del Presidente, y de otras anteriores lanzadas contra el Gobierno por la oposición, configuran un clima nocivo para el “diálogo nacional” entre ambas facciones, que impulsa la Unasur con la bendición del papa Francisco y que sí empezar mañana en Caracas, como pidió la oposición.

Los días previos al establecimiento del diálogo estuvieron marcados por marchas y contramarchas callejeras que terminaron con un policía muerto y varios heridos y detenidos, denuncias cruzadas de “golpismo” y “dictadura”, medidas extremas del Parlamento que incluyen una citación a Maduro (para el martes venidero), una huelga de 12 horas que se concretó ayer bajo convocatoria opositora y presiones desde el exterior para evitar que se ahonde el conflicto.

La delegación del Gobierno llegará al diálogo, si esta primera reunión se realiza, con el argumento de que la oposición de derecha pretende dar un “golpe de estado”, de acuerdo con directivas que le atribuye a la Casa Blanca. La oposición, a su vez, presentará dos alternativas: o se reactiva el referendo con el que pretende revocar el mandato de Maduro o se anticipa un llamado a elecciones. Ambas posibilidades fueron descartadas de plano por el chavismo. (Télam)