“La luna” inspira al amor, sea correspondido o no. En el caso de la propuesta de esta noche a las 22 en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265), Nicolás Manservigi toma a la referencia física de la diosa griega Selene para lograr el regreso de la pareja perdida.

El artista estrenó este espectáculo poético musical en 2015, en el teatro Multiescena de la avenida Corrientes, en que se hace un recorrido inspirado en obras románticas de Franz Schubert, Giaccomo Puccini, Kurt Weill, Edith Piaf, Mina y Massimo Ranieri. La de hoy será la única presentación en Tucumán, con la participación especial de la cantante lírica María Fernanda Pérez, todo con la dirección musical de Alejandro Cattáneo.

- ¿Cómo definís a “La luna”?

- Es una obra unipersonal que escribí el año pasado. La presento como un concierto disfrazado de obra teatral. Yo soy sobre todo cantante, pero también escribo y estudié teatro, así que mezclo todo.

- ¿Hay una historia de fondo?

- El hilo conductor es el relato de un hombre que es abandonado: cuando llega a su casa se encuentra una carta en la cual le dicen que lo dejan. Sólo le queda el piano, unos libros y la luna. Durante toda la noche, va a estar esperando hasta que salga el sol que su amor vuelva. Usa su desamparo y el desamor para cantarle a la luna y pedirle como deseo el regreso de su pareja. Si bien canto composiciones clásicas, las llevo hacia la balada y el género popular, para que no quede fuera de lugar en el criterio estético de la puesta. Muchas canciones hablan de la noche, así como la ambientación y los sonidos que acompañan la obra.

- ¿Cambiaste algo de lo que se vio en Buenos Aires?

- No, es exactamente la misma puesta, con la única diferencia de que me acompañará María Fernanda Pérez. Lo ambiento en el living de una casa.

- ¿Regresás luego a Buenos Aires?

- Sí, mi vida está allá desde hace casi nueve años. Hice cine, teatro musical y de texto, conciertos... Es un aprendizaje continuo y es la manera en que quiero desarrollarme. Pero jamás voy a perder el vínculo con Tucumán y por eso vengo cada tanto a presentar mis creaciones. Resido en Buenos Aires, pero ésta es mi tierra y no voy a cortar este vínculo. En “La luna” hablo de los cerros tucumanos, porque los extraño. Es muy distinto a la Capital Federal con su ritmo amable y lento, con la familiaridad que hay, con su calidez. Aquí me relajo.

- ¿Hace cuánto que no actuás en la provincia?

- La última vez fue en 2014. El año pasado no pude venir porque tenía mucho trabajo en Buenos Aires. A este concierto lo vengo programando desde julio para que salga todo bien.

- ¿Sentís que vas a rendir un examen ante tu público esta noche?

- No es rendir examen, pero sí exponerme. Siento algo especial, no sé si una responsabilidad extra, pero sí un compromiso particular. Me fui con las manos vacías y me formé allá; traer lo que aprendí y mostrarlo es una forma de decir que estoy dejando a la provincia bien parada. Mi futuro lo veo como cantante, es el perfil que más me gustaría lograr como resultado de una carrera seria.