Las “pirañas” volvieron a atacar en uno de sus lugares preferidos: la autopista Tucumán-Famaillá. La consecuencia fue una de las más violentas que se recuerde por este tipo de robos: de madrugada, dejaron troncos sobre la calle y por esto desencadenó el vuelco de un camión. Los ladrones, que suelen apelar a estos artilugios para hacer que los vehículos se detengan y así poder asaltarlos, no robaron nada porque se habrían asustado por el accidente que provocaron.

En el camión de la empresa 9 de Julio -que no llevaba nada y que se dirigía a la Planta San Felipe- viajaban Álvaro Lezcano, de 29 años, y Sebastián Sánchez, de 26. Minutos antes de las 4 de la madrugada de ayer, no pudieron esquivar tres troncos que estaban tirados en la ruta y el vehículo quedó de costado, con el frente destrozado. Ambos fueron llevados a la guardia del Hospital Padilla, muy golpeados, pero fuera de peligro.

En primera persona

“Nos llamó un vecino para contarnos que estaban poniendo cosas en el camino”, relató Gustavo Carrizo, quien realiza las tareas de seguridad en la empresa de recolección de residuos. “Me fui en moto a sacar todo lo que estaban tirando, porque a toda hora salen nuestros camiones. Debo haber llegado a la autopista un minuto después de que pasó el vehículo de los muchachos. Adelante de ellos iba un auto, que no sé cómo hizo, pero pudo esquivar los obstáculos en la subida del puente, a 200 metros del Mercofrut. Un segundo después escuché el impacto y vi cómo el camión se desplazaba de costado”.

Carrizo llegó hasta el lugar y divisó a uno de los hombres accidentados. Desde el piso, señaló hacia el este y le gritó “ahí van”. Le estaba avisando hacia dónde habían corrido los presuntos ladrones, que estaban esperando que alguien se detuviera para asaltarlo.

“El muchacho que me avisó era el chofer. Salió por el parabrisas por el vuelco. Después de su indicación, me mandé por un pasaje para ver si los encontraba, pero no pude detectar a nadie. Estaba muy oscuro y evidentemente ya se habían escondido”, añadió Carrizo.

Esta semana, a raíz de una investigación que realizó LA GACETA, Héctor Batallán -dueño de un taller de la zona- había informado que las “Pirañas” suelen escapar hacia un lugar conocido como “El Campito”, al que pocos se atreven a ingresar. La Policía lanzó numerosos controles en la zona para evitar nuevos ataques.

Peligro

“No se queden mucho por aquí, que andan esas famosas ‘Pirañas’. No es lindo este lugar, cada tanto hacen cortes de tránsito y te piden $ 50 para dejarte pasar”, comentó el empleado de un mayorista de la zona al equipo periodístico que visitó el lugar, y que prefirió no dar su nombre. Tras el aviso, el informante aceleró y se fue.

Ayer, todos los elementos del incidente seguían allí. En el medio de las dos manos de la autopista -lugar donde se suele tirar basura-, estaban los enormes troncos que se habían usado para tratar de detener a los vehículos. El camión, por su parte, fue retirado por la mañana. Al mediodía, se lo pudo ver estacionado en la empresa que se encarga de los vehículos que se trasladan a la planta de tratamiento de líquidos cloacales.

“Siempre se robó a los que venían a comprar al Mercofrut, pero ahora empezaron a macanear (sic) mucho en el puente. Lo sé porque estoy desde hace 12 años acá. A mí me robaron el estéreo. Los chicos te asaltan y las madres se paran de campana”, informó Roque Seco, quien se ubica frente al mercado a vender plantas.

“Esto empezó con las piedras que tiraban a los colectivos que viajan a Concepción y a esto hemos llegado. Es increíble, no les importa nada”, aportó Sixto Mancinelli, un vecino.

Fuentes policiales consultadas por este medio señalaron que, en el mismo momento en que volcó el camión, se estaba realizando un “megaoperativo de prevención” en distintos puntos de la capital. “Se está trabajando para erradicar todo tipo de delitos, no sólo ese. Tras las denuncias en el Mercofrut, se hicieron más controles y hubo más presencia policial. Sin ir más lejos, el 911 llegó enseguida hasta el camión porque estaban patrullando cerca”, afirmó un alto jefe, que prefirió que su nombre no saliera para evitar llamados de atención de la Justicia.