“Acá no se cajonea nada”, sentenció Javier Aybar, presidente del Concejo Deliberante, con unos golpes cortos sobre la mesa de Presidencia, mientras Raúl Pellegrini y Roberto Ávila (vicepresidentes primero y segundo) afirmaban con la cabeza. A 12 días de la renovación de autoridades del cuerpo deliberativo de la Capital, los integrantes de la mesa directiva recordaron la sesión preparatoria en donde, en una jugada de ajedrez, el Acuerdo para el Bicentenario arrebató la conducción del cuerpo al Frente para la Victoria y alcanzó la mayoría al sumar como aliado a Aybar. Aseguraron que su deseo es ser reelegidos, para mantener la gobernabilidad que gozó en el primer año el intendente Germán Alfaro.
“Quiero repetir, pero nadie tiene asegurada la reelección. La perinola siempre puede caer para otro lado”, se sinceró Aybar, dirigente mercantil. Para las autoridades del cuerpo, los 18 ediles recuperaron el debate en el Concejo, en simultáneo con un cambio en la política en la que prepondera el diálogo.
- ¿Cómo recuerdan la elección de autoridades pasada?
-Ávila: no hubo ninguna reunión con Aybar. Se debatió momentos antes de la sesión. Fue una jugada de ajedrez, sí. Fue cuestión de una lectura del reglamento, necesitábamos lograr la mayoría con la Presidencia. Cuando sos tanto tiempo (el poder) absoluto... (en el FpV) estaban acostumbrados a manejar todo por orden de una sola persona, y ese es el primer cambio. Esa persona, que era (José) Alperovich, desbarató todo. Los órganos legislativos estaban muy cebados y con diálogo dentro del interbloque ApB surgió la posibilidad de proponer para la presidencia al concejal que por reglamento presidía la sesión de elección de autoridades y que tenía doble voto (en esa sesión los ediles del FpV se habían aliado a Fuerza Republicana para imponerse). Lo importante es que gracias a eso se consolidó el ApB.
-Pellegrini: fue un triunfo político. Era necesario para garantizar, como todo oficialismo, la gobernabilidad. Desde el ApB pretendemos mantenernos unidos y trabajar de la misma manera.
-Aybar: me dijeron muchas cosas “bonitas” luego de esa elección, pero yo no cambié de bandos. Fui electo por un acople del Frente para la Victoria y sigo en esas filas.
-¿Qué significa que continúa dentro del FpV?
- Aybar: alcancé una banca por el Frente para la Victoria. Si bien me votaron para presidente los del ApB, siempre seré peronista, y del FpV, porque fui elegido por ese partido. No tengo caretas que cambiar. Quizás sea el único del FpV (porque el bloque FpV cambió su nombre a Tucumán Crece, tras el revuelo por las escandalosa detención de José López, ex secretario de Obras Públicas durante el kirchnerismo).
-¿Qué análisis hacen del primer año al frente del Concejo?
-Aybar: hemos trabajado mucho. Acá no se cajonea ningún proyecto que se presente. Sé donde estoy sentado y de la responsabilidad que tenemos con los compañeros Ávila y Pellegrini. La convivencia con todos los concejales ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Acá estamos de todos (los partidos): la mejor convivencia no es cuando sos mayoría y los matás (en el recinto), porque los demás quedan aplacados. Acá les damos participación a todos los concejales, no se esconde nada. En cuestiones políticas estarán las diferencias. Acá no hay bombas, se trabaja bien. El recinto será otra historia, porque de las comisiones salimos a los besos y en las sesiones mas o menos hay que entrar con guantes de box.
-Pellegrini: la gestión de este Concejo me parece inédita, porque asumimos la responsabilidad de un poder del Estado en un municipio que había perdido la autonomía desde hace muchos años. Asumir la gestión fuera del pacto social era un desafío y muchos pronósticos del años pasado eran malos. La realidad pudo demostrar lo contrario.
-La sesión anunciada esta semana, donde se aprobaría el presupuesto, será la séptima este año, ¿los conforma esa cantidad?
-Ávila: lo importante es que este año se trabajó con 14 integrantes nuevos (porque cuatro fuimos reelegidos, junto con Pellegrini, Sandra Manzone y Roque Mendía). No nos debería importar la cantidad de sesiones, sino el contenido y la calidad de los proyectos que se aprueben. Por eso es fundamental el trabajo en comisiones. Como se dijo, no se guardan en un cajón ningún proyecto, ni se revisa la firma de una iniciativa, como se hacía antes. Vinieron funcionarios municipales cada vez que se los citó. Escuchamos a los vecinos y a organizaciones sociales en cada tema pertinente. Tuvimos sesiones de hasta 10 horas. Queremos más sesiones, pero importa el contenido, para que se aprueban ordenanzas que sean aplicables y que no deban vetarse. Tampoco hay que llenar una sesión con 50 proyectos de pavimentación por una cuadra.
- ¿Qué cambios notan respecto a la anterior conformación del recinto?
- Aybar: eso mismo les quería preguntar, hagan de cuenta de que soy el periodista: ¿funcionaba así?
- Ávila: no. En el Concejo anterior se recibía ordenes, no se debatía. En las comisiones se votaban proyectos por número de expediente. Por telepatía se daba dictamen. Ahora tratamos el presupuesto 10 días antes de la sesión. Antes venía el presupuesto un martes, el miércoles había parlamentaria y el jueves se sesionaba. Ahora todos los concejales tienen la posiblidad de participar, de preguntar. Antes era imposible que venga un funcionario municipal a una Comisión. Hubo reuniones en Casa de Gobierno con ediles y funcionarios del PE y del municipio por cuestiones en común como el parque en Campo Norte. El edil David Mizrahi (Tucumán Crece) organizó una reunión con los promotores de la iniciativa y hubo un avance en conjunto. Eso antes era imposible. Quizás el día que Campo Norte sea parque, se capitalice que fue generado por el diálogo del concejo.
- ¿Cómo es la relación en el recinto?
- Aybar: son todos de diez, hay discusiones, pero son rechurasos. Hasta los de Fuerza Republicana, que a veces te pegan pero acá tenemos buena relación con todos los ediles. La discusión política es así, hay ideologías distintas, pero nos respetamos y cada cual vota lo que cree correcto votar. Este es un Concejo en el que se construye. Todo esto que hablamos es una construcción colectiva, es fruto de una forma de política que adoptamos y llevamos adelante los 18 concejales Es una construcción colectiva.
- ¿Cuál es la relación con el intendente?
- Pellegrini: Tenemos un dialogo institucional. Coincidimos en algunos temas, discrepamos cuando no nos ponemos de acuerdo.
- Aybar: el intendente nos visita aquí en el Concejo, para charlar y ponerse al día. La relación es la que corresponde entre poderes del Estado.
- ¿Eso no pasaba con Domingo Amaya?
- Pellegrini: Domingo (Amaya) tenía una gran interferencia, que era el gobernador de la provincia, Alperovich. La municipalidad estaba dentro del pacto social, la decisión de Domingo de intentar salir se vió en los últimos años, y lo que pudo hacer Alfaro es a partir de ese punto de inflexión, la búsqueda por autonomía municipal.
- Avila: los contextos son distintos. Cuando comenzó la gestión de Amaya, la intendencia tenía un pasivo de tres presupuestos y medio con la provincia. Estaba todo incendiado y había que tomar una postura. Administrativamente creo que Amaya tuvo una gestión buena, dio el primer paso para llevar a la municipalidad a tener la autonomía actual. Alfaro es un intendente con todas las letras, porque puede trabajar con autonomía.
- Aybar: antes pensaba que el que ganaba la Gobernación tenía que ganar la Capital, pero pasa el tiempo y llega un punto en que si son del mismo palo puede haber una pelea y empiezan los conflictos. Eso tampoco hace bien a los vecinos de la ciudad. Es importante que haya diálogo, no importa el partido. El diálogo es fundamental.
- ¿Qué análisis hacen de la gestión de Germán Alfaro?
- Ávila: pasamos un año trascendental por el Bicentenario y la intendencia estuvo a la altura. Si bien estamos en plena crisis nacional, por como fue entregada la administración, sin tener recursos porque cayó la coparticipación (por la caída del consumo), pasamos el año con los festejos por el Bicentenario; por el encuentro eclesiástico; se encaró un plan de pavimentación de 130 cuadras; tráileres en los barrios; la recuperación de espacios verdes. Estoy sorprendido por cómo pudo encararse y cómo Alfaro gestiona mejoras a la ciudad. Los programas de garrafa social, la carne solidaria... son servicios que son de gestión pura y alivia las necesidades de los vecinos con mayores problemas económicos. Espero que el ritmo de gestión continúe.
- Pellegrini: venimos de un año en el que la Municipalidad debió pagar $ 400 millones a la Provincia por una deuda. Eso produjo una desfinanciación. La muñeca de Amaya ha sido buena para campear la crisis. Y la municipalidad ahora puede vivir de sus recursos, lo cual es complejo, pero la gestión actual pudo aclarar las cuentas y ser austera. Es complejo por el sistema, ya que de la coparticipación nacional solamente se distribuyen a las intendencias de la provincia el 13,05% del total de recursos. En 40 años aumentaron los servicios a brindar por las intendencias pero no aumentaron así los recursos. Los pronósticos de la gestión de Alfaro eran malos, pero está gestionando.
- Aybar: la mejor medida tomada fue el boleto educativo. Los trabajadores, sobre todo los que están mal porque están en negro, pueden mandar a sus hijos a la escuela y no gastar en el colectivo. Es muy importante. Debería ser así en toda la provincia. Debemos seguir trabajando. Esperamos repetir con el compañero del pro Ávila y con el compañero Pellegrini.
- ¿Tratarán la Cuenta de Inversión (informe de gastos)? No se trata en el recinto desde 2010.
- Aybar: la vamos a tratar, para que no se apruebe de forma ficta. Y si hace años no se trata, con más razón la abordaremos.