La hermana y la sobrina del padre Juan Viroche ingresaron el viernes a la capilla de La Florida para formar parte de la reconstrucción de los hechos de la muerte del cura. Lo hicieron acompañados por su abogado, José del Río, quien se constituirá como querellante si se comprueba que existió algún delito. Por el momento, según el profesional, está prácticamente descartado el homicidio y sólo resta saber si alguien indujo al fallecido a quitarse la vida.
- ¿Qué medidas piensan tomar?
- Aún no asumimos el rol de querellantes porque primero hay que ver si hay un delito. El suicidio en sí mismo no lo es. Si logramos comprobar que hay una instigación, eso es un delito y hay un artículo que dice que se aplicará de uno a cuatro años de prisión. Instigar no es obligar. Si uno amenaza, ayuda u obliga a alguien a suicidarse, eso es un homicidio.
-¿Creen que lo habrían inducido?
- No se descarta. Lo que sí podemos saber, después de la reconstrucción que se realizó ayer (por el viernes) es que el padre estaba solo cuando murió. No hay ninguna prueba, como una huella, que nos indique que hubo otra persona ahí. Tampoco hay pruebas aún que indiquen que alguien lo pudo haber instigado a quitarse la vida, y para colmo este delito es prácticamente excarcelable, tiene una pena insignificante. En cuanto a la figura del homicidio está prácticamente descartada.
- ¿Cómo seguirán las pericias?
- El fiscal (Diego) López Ávila nos comunicó que ya solicitó una autopsia psicológica. Esta se hizo muy conocida por el caso Nisman y creo que ya se usó alguna vez en Tucumán, creo que en el caso Lebbos. Es un estudio de la personalidad a través de distintos elementos que uno va recabando, como la forma de vida, qué hizo en los últimos días, qué actividades hacía regularmente, a qué se dedicaba como profesión, cómo lo vio la gente en sus últimos días, si estaba bajo depresión. En ese caso, hay un dato particular del momento de la muerte...
- ¿Cuál es?
- Tenía una remera blanca con una figura del Che Guevara en negro. Esta es una apreciación muy personal. pero nosotros nos preguntamos si él no habrá sentido que fue abandonado por parte de la Iglesia y si tomó esto como un acto revolucionario. En su último posteo en la red social Facebook él decía que era “tiempo de revolución”. No es la única simbología que se encontró en este caso. Está el hecho de que apareciera muerto nada menos que en la capilla. Algunos curas incluso habían dicho que se habría tirado para atrás, como pidiendo perdón.
- ¿Qué opinan los curas de la muerte de Viroche?
- Es un tema complicado. Me dio la impresión de que estaban convencidos de que se trató de un suicidio. Quizás saben algo. De todos modos, si Viroche lo hubiera confesado a alguno de ellos antes de su muerte, es muy probable que los sacerdotes no lo digan por el secreto que les impone la Iglesia. Y ni siquiera estarían obligados a decirlo en caso de que no se constatara un delito.
- ¿Cómo lo vieron las últimas personas que estuvieron con él?
- Estaba abrumado. E incluso habló del “fin de los tiempos”. Lo que quizás nadie comprendió en ese momento es que se podría haber referido a sí mismo.
-¿Qué opina de la investigación?
- Mucho se habló del poco tiempo que le había tomado a la fiscalía creer que se trató de un suicidio, pero el tiempo no es problema cuando se hacen las cosas bien. Yo los vi trabajar de forma muy detallada en la reconstrucción y el mismo fiscal trató a los familiares del cura como lo que son, como víctimas. Los contuvo, les explicó todo. Y por eso puedo decir que mis defendidos se sienten acompañados por la Justicia.