1- El lugar donde fue encontrado el padre Juan Viroche no estaba desordenado. Se halló una bolsa de dinero y joyas y no tenía signos de haberse enfrentado con alguien; y mucho menos que alguien lo haya colgado.
2- La autopsia reveló que el sacerdote murió por asfixia y que no tenía golpes en su cuerpo.
3- El fiscal Federal, Gustavo Gómez, se equivocó al asegurar que el cuerpo tenía golpes y que era muy poco probable que el sacerdote se haya suicidado. Él no estaba en la provincia y mucho menos conocía el expediente porque la investigación era desarrollada por la Justicia Ordinaria.
4- La mancha de sangre que aparece en las fotos que se viralizaron corresponde al padre Juan. Se trata del fluido que expulsó el cuerpo cuando fue descolgado. Esto es algo normal en casos de este tipo, informaron en la fiscalía.
5- Allegados al cura Juan aseguraron que el sacerdote venía amenazado por sus permanentes denuncias contra los narcos de la zona. Hasta ayer no se había recibido ninguna denuncia policial por este tipo de delito.
6- El padre había solicitado oficialmente su traslado de la zona en el arzobispado. Fuentes de la Iglesia confirmaron que el viernes habían aceptado su pedido, pero que él no se había ido del lugar por cuestiones personales y había pedido un tiempo para concretarlo.
7- Hasta hoy, no hay ningún indicio que compruebe que un grupo narco haya estado involucrado en su muerte.
8- La Justicia, en base al testimonio de una mujer, cree, que el padre Juan era presionado por la familia de una chica a la que habría dejado embarazada. Estas personas habrían usado las redes sociales para difundir la versión.
9- El fiscal Diego López Ávila le confirmó a LA GACETA que continuará con la investigación para determinar si el sacerdote fue inducido al suicidio.