En el Conicet, donde el 95% del presupuesto está dedicado a sueldos y becas, la situación económica interna es “delicada”, y ello exige estrategias tanto financieras como de redefinición de políticas de investigación, señala Alejandro Ceccato, presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Así lo definió de paso por Tucumán, durante una entrevista que mantuvo con LA GACETA.
Según el conductor del organismo científico más importante del país, las becas se seguirán sosteniendo, pero lo que preocupa es el escaso margen de un 5% de su presupuesto para los gastos más básicos, como luz y agua. Con esta perspectiva, también asume que es necesario que la institución priorice el financiamiento de trabajos que resulten estratégicos para el crecimiento nacional.
- Una inquietud que hay entre el personal de Conicet es que hay un retraso de envío de fondos...
- Es un tema que se ha tratado varias veces, que tiene que ver con el retraso en el pago de los subsidios de Proyectos de Investigación Plurinalual (PIT), que utilizan los grupos de investigacion para llevar adelante sus tareas. No es una situación nueva, esos subsidios vienen atrasados desde hace tres años, al menos desde la convocatoria 2013, cuando se evaluaron estos proyectos, todavía hay algunos impagos. Hay tres convocatorias retrasadas, en una situación que viene arrastrando Conicet, y que está íntimamente ligada con una preocupación central que tengo como presidente de la institución, que es una disminución grave del presupuesto de gestión. Y no es una baja, sino un problema de distribución. Históricamente, el Conicet tenía un presupuesto que incluía becas y sueldos en aproximadamente un 75% del presupuesto, y el 25% restante era el de gestión, que permitía, entre otras cosas, el pago de subsidios a los grupos para que puedan trabajar, la infraestructura edilicia, la compra de bienes de capital, y todo lo que hace al funcionamiento de la institución. Pero, ante el incremento notable que tuvo el Conicet al incorporar personal y becarios, esa proporción fue disminuyendo y se estabilizó en los últimos años en alrededor del 11 o el 12 % del presupuesto, es decir, aproximadamente 88% en sueldos y becas y 12% en presupuesto de gestión operativa. Esa situación de 88% llegó hasta 2015. En este año, de acuerdo con el presupuesto 2016, yo me senté con un presupuesto de gestión del 6% o 7%, que era un mínimo histórico en el Conicet. Y con los aumentos de paritarias y otros ajustes que tuvimos en sueldos, bajó la proporción; hoy, estamos con alrededor del 5% como presupuesto de gestión, lo que implica que el 95 % está destinado a sueldo y becas, lo que nos lleva a una situación de economía interna muy ajustada, que nos hace privilegiar, obviamente, el pago de servicios como luz, gas, vigilancia, limpieza, las cosas más básicas y esenciales; y nos está faltando presupuesto para llevar adelante el trabajo del día a día. Si el Conicet recuperara al menos un 15% para gestión, podría funcionar de manera adecuada. Por supuesto que uno siempre quisiera tener más. El Conicet hoy tiene 25.000 personas: potencialemnte, es un formidable instrumento de desarrollo del país, si es bien usado, para el apoyo al sistema productivo y a la mejora de la calidad de vida de la sociedad a través de la transferencia de tecnología; pero ese tipo de cosas hay que inducirlas, también hay que tener dinero para transformar ese conocimiento básico en tecnología aprovechable, y ese tipo de políticas requieren de un presupesto de gestión que hoy no tenemos.
- ¿Como están trabajando para operar con ese déficit?
- Estamos llevando este año de la mejor manera posible, tratando de que no falten las cosas básicas, porque eso ya sería muy grave, las personas no podrían hacer sus trabajos en los 240 institutos que hay en todo el país. Lo que estamos buscando con la Jefatura de Gabinete y la Presidencia es ponerlos en conocimiento de la situación, para buscar alternativas para recomponer ese presupuesto operativo. Y en eso estamos, una cosa es lo que transcurre a través de la Ley de Presupuesto, por el Congreso, que está en discusión; y otra son las gestiones para obtener alguna asistencia especial. Ya hemos tenido dos visitas al Conicet de personal de la Jefatura de Gabinete para hacer un seguimiento de lo que la institución hace, y quizás a través de esta gestión podamos conseguir algún refuerzo que tenga que ver con ofrecerle a la Jefatura de Gabinete el uso de conocimiento del Conicet en algunas áreas específicas, que el plan productivo nacional requiera, para poder incrementar presupuesto. Las becas van a seguir manteniéndose en el nivel que tienen. El ingreso a carrera es algo que tenemos que rediscutir y que va a depender en parte del presupuesto que se apruebe; porque el crecimiento del Conicet ha sido tan grande que en los últimos 12 años se ha triplicado. El Conicet es hoy el organismo más grande del Estado nacional por debajo de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, y no puede seguir esa situación indefinidamente sin una política muy deliberada para el área.
- El ingreso a carrera, ¿podrá ser redefinido en función del esquema de prioridades del Estado?
- Seguramemnte, tenemos que trabajar en esa dirección. Este crecimiento que se triplicó entre 2003 y 2016 fue guiado esencialmente por las fuerzas endógenas de la institución; es decir, los grupos que eran más grandes fueron los que captaron más recursos humanos, independientemente de si eso era una estrategia que llevaba a asimilar la formación de recursos humanos y la formación de conocimientos para las necesidades reales del país, para su sector productivo o en el plano social. Lo que queremos ahora es que ese crecimiento se dé de una manera más moderada y más relacionada con las necesidades concretas.