Cuando todo estaba preparado para una inauguración artística, la Bienal de Fotografía Documental terminó convirtiéndose en un hecho político, luego de que la intervención del artista Res, titulada “Una puerta y dos ventanas. Imagen del Bicentenario”, fuera arrasada por un grupo de vecinos de la Casa Histórica.
Pilas de diarios habían sido instaladas en la puerta y ventanas del Museo ubicado en Congreso al 100, donde habitualmente se inaugura la Bienal. Pero temprano, durante la mañana, un comerciante, junto con otras personas, comenzaron a destruir violentamente la instalación.
“Es una lástima porque este muro de diarios iba a ser parte de la inauguración. Luego iban a ser retirados, pero esta persona, que tiene un comercio al frente, ya había venido ayer (por el martes) para amenazarnos mientras armábamos la pared de diarios. Hoy, nuevamente, se presentó con un grupo y nos decía que ‘el arte tenía un límite; que estábamos mancillando un símbolo patrio’, y entonces empezó a tirar todas las cosas”, describió Res a LA GACETA.
Intolerancia
La directora de la Casa Histórica, Patricia Fernández Murga, le había anticipado a este diario lo que, en definitiva, fue su discurso de la tarde: “es claro que hay un acto de intolerancia, con violencia, pero que habla de la situación que vivimos. Hay que respetar la diversidad, que tanta sangre costó, como la propia Independencia”, sostuvo. “Expresa nuestra propia identidad como argentinos, donde no se comprenden a veces los acontecimientos históricos y no se aceptan las diferencias”.
En ese tono se desarrolló la inauguración, cuando pasadas las 17.30, el propio público retiró los fajos de diarios e ingresó al solar patrio luego de que dos herreros quitaron la fuerte estructura de metal que se montó en la puerta del edificio.
Un comunicado de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, y los discursos del director del evento, Julio Pantoja, y del homenajeado mexicano Pedro Meyer, repudiaron los hechos. “El arte provoca estas cosas en la gente”, había dicho la directora del Museo a LA GACETA. “Valoro la propuesta artística realizada en absoluta libertad”, agregó la funcionaria, recordando que siempre la bienal partió desde la Casa Histórica.
Pantoja sostuvo que “la independencia de la que trata la Bienal, tiene que ver también con la libertad de expresión. Como las Independencias no se obtienen de regalo, sino que se las gana luchando y se las defiende, nosotros vamos a aprovechar este episodio para reflexionar con más fuerza y empoderarnos desde el arte de las imágenes para mirar al futuro y confrontar estas posiciones totalitarias”, afirmó.
Ya en un clima de distensión, el fotógrafo y docente Meyer aceptó la distinción y comentó con alguna ironía: “todos están sacando fotografías en estos momentos, y me preguntaba si este fuera uno encuentro de violinistas, todos estarían tocando el violín”, lo que generó por lo bajo, profundas reflexiones sobre la fotografía en sí misma.
Previamente, Argra (Asociación de Reporteros Gráficos de la Argentina) donó a la provincia una serie de fotografías históricas destinadas al Ministerio de Educación.
Entre el público, como siempre muy juvenil, también se hallaban funcionarios de la provincia y de la Universidad Nacional de Tucumán, así como invitados de otros países y provincias.
La propuesta
El artista Res, de amplio reconocimiento nacional, que estuvo todo el día en la Casa Histórica, dijo: “La intención estaba muy lejos de provocar a alguien. Me parecía que era una intervención en la cual se veía cómo los medios pueden facilitar o entorpecer las emancipaciones. El concepto de la obra es la búsqueda de vincular la comunicación con la idea de independencia”, aseguró Res respecto de su obra.
Para esta intervención se había utilizado más de una tonelada de papel de diario, y los ejemplares contaban con algunas de las tapas de los momentos más emblemáticos de la historia argentina. según pudo reconocerse.
Del comerciante
“No estoy contra del arte y su libertad pero esto fue una falta de respeto al valor histórico y a la patria”, le respondió a este diario el comerciante Luciano Duport. “Cuando me quejé con la directora me dijo que no podía hacer nada, porque estaba autorizado desde Buenos Aires. Lo que van a lograr es que mañana venga alguien con un grafiti y pinte las paredes en nombre del arte”, sostuvo el comerciante. Pero, ¿por qué tanta violencia?, le interrogó LA GACETA.
“Sucede que cuando reclamé ante las autoridades y ante el artista me respondieron mal, que me vaya a demandarlo a Macri, y eso me enojó y tuve esa reacción. Pero no fui el único, otras personas hicieron lo mismo”, concluyó.