Una casa desordenada podría ser la síntesis de lo que tienen en sus manos, según afirman, los directores suplentes en Canal 10. Poca claridad en las funciones del personal, falta de protocolos de actuación, inexistencia de un inventario de los bienes muebles y de un plan de trabajo para el informativo; esas son algunas de las observaciones que los directores interinos, Marta Tuzza y Leandro Díaz, secretaria Académica y secretario Económico Administrativo de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), respectivamente, le han venido exponiendo a la rectora, Alicia Bardón.
En consecuencia, esta escasez de normativas internas es lo que facilitó las presuntas irregularidades, interpretó Bardón. “Tienen que existir (protocolos) y se tienen que cumplir. Eso es fundamental en la reorganización”, agregó. En este período de transición hasta que se designen los nuevos directores de la UNT en la televisora, a los suplentes les encomendó la tarea de recopilar material. “Hay cuestiones que se resolvían en lo inmediato, pero sin normas de procedimiento”, comentó Tuzza. Y dio como ejemplo la programación. “No dice ‘este programa va a salir a tal hora mientras se dé tal o cual situación’”; o “un listado del personal, pero que no se sabe bien qué función cumple”.
Durante la última reunión del directorio anterior se había comentado con preocupación que la aprobación del balance de cada año no había estado acompañado por el inventario de bienes. “No vamos a investigar por qué no se hizo un inventario, pero sí es gravísimo que no existiera”, opinó Tuzza.
El martes, en la sesión del Consejo Superior de la UNT se esperaba que la rectora llevara los nombres de los representantes que ella prefiere: Rodolfo Burgos y Leandro Díaz. Pero esto no sucedió y, según dijo, todavía no firmó ninguna resolución. Sí trascendió que Díaz mandó a montar una oficina para trabajar en el canal, puesto que la única oficina para los directores está ocupada por el representante del Gobierno, Alejandro Laurnagaray.
Tuzza ya presentó su renuncia porque la secretaría Académica le demanda muchas horas y no puede repartirse con el canal. Esto obliga a que la decisión de Bardón no siga dilatándose por mucho tiempo más. “Uno sabía que había problemas en el canal, pero como ves que sale todos los días al aire, entonces eso te daba tranquilidad”, dijo la secretaria.
Sobre el informativo, Tuzza explicó que le solicitaron a Carlos Amaya, uno de los jefes de contenido, que le presente un plan de trabajo. En especial, quieren aclarar la cuestión de la línea editorial: con qué criterio se deciden las notas que van al aire. “Además, se ha pedido el registro semanal de programación y cómo se recibe y se emite la publicidad”, añadió.
Este panorama grafica lo que hace unos días le había manifestado el dirigente sindical Raúl Ochoa a LA GACETA, cuando dijo que la UNT había sido para el canal “un padre abandónico”. “Yo confiaba en que los directores miren estas cosas”, señaló la rectora en referencia a los anteriores representantes de la Universidad en la televisora estatal.
La llegada de Tuzza y de Díaz se dio luego de que los ex directores, Mauro Feldman y Daniel Moeremans, renunciaran a raíz de las presuntas irregularidades detectadas en la emisión de publicidad favor del PJ en agosto de 2015. Son 71.656 segundos de propaganda, que no tenían orden de publicidad firmada. Según el sumario administrativo, los empleados reconocieron que quien cargó la pauta había sido el representante de la Provincia.
El acuerdo de pago de unos $ 3,6 millones con el PJ todavía no está cerrado, según confirmaron fuentes de la UNT.
El lunes la comisión de Hacienda de la UNT analizará el balance de la televisora. Es el documento que se aprobó durante la última reunión del anterior directorio, la misma oportunidad en la que se presentó el resultado del sumario administrativo para deslindar responsabilidades de los empleados.
Además de ver el balance, los consejeros solicitarán que se respondan algunas cuestiones pendientes: quiénes estaban al tanto de esto en septiembre del año pasado, quién dio la orden expresa de no facturar la publicidad, cuáles eran las normas internas que regulaban cómo se emitía y quién debía facturar, entre otras inquietudes.