Los vestigios del desastre parecen remontarse a hace pocos días. Sin embargo, son productos de las inundaciones de hace cinco meses. Poco o nada ha cambiado en este escenario rodeado de aguas.
Un brazo del Río Chico aun corre por una calle de Niogasta (Simoca) y nueve familias de la zona no pueden regresar a sus casas y permanecen evacuadas en el Centro de Integración Comunitaria (CIC) del pueblo.
En el cauce no se hicieron los trabajos prometidos y en consecuencia la gente teme que el pueblo desaparezca en el próximo verano, cuando las aguas robustezcan. Es lo que ya sucedió con Sud de Lazarte y Esquina, ubicada en el extremo este de la ruta 322.
Con esa preocupación ayer las familias del lugar salieron a cortar el tránsito de la ruta nacional 157 con el fin de demandar a la provincia trabajos de reencauce, dragado y de construcción de defensa en el Chico. También pidieron que se les adjudique un nuevo terreno y casas para los evacuados que permanecen en el CIC desde principio de año, cuando el Chico sepultó a Sud de Lazarte.
“Queremos salvar a nuestro pueblo. Que no termine bajo las aguas como los otros parajes. La gente se tuvo que ir abandonando sus animales y propiedades. Fue muy triste. Ahora estamos amenazados nosotros”, dijo Vanesa Zelaya, una de las voceras de los manifestantes. Estos atravesaron carros y troncos de árboles en la ruta 157 para impedir el paso de los vehículos. Una larga cola de camiones y autos se formó de ambos lados del piquete que comenzó a las 10 y se prolongó hasta las 16. Los vecinos fueron hasta la ruta con sus familias, que incluyó la presencia de bebés y niños pequeños.
No es la primera vez que realizan una manifestación de estas características y la escena se repite pese a los largos meses que pasaron desde que las tormentas arrasaron con todo en la ona.
La gente esperaba la presencia de autoridades provinciales, a las que tenían previsto transmitirles sus quejas e inquietudes sobre el drama que atraviesan. “Nos prometieron enviar varias máquinas para que acondicionen el río, pero llegó solo una que no podrá hacer mucho hasta que comience la época de lluvia. Al menos aquí se tienen que destinar unas tres topadoras y otra retroexcavadora”, advirtió Walter Bravo, otros de los pobladores del lugar.
Escuelas cerradas
“El pueblo va a desaparecer si no se hace nada. En esta zona ya dejaron de funcionar dos escuelas por el éxodo de gente. Por eso esta lucha en defensa de nuestra comunidad va a continuar hasta que tengamos la respuesta que necesitamos para que el río no nos expulse”, añadió Bravo. En Niogasta quedaron 180 familias y desde Sud de Lazarte y Esquina se fueron unas 350. La zona quedó reducida a caseríos derruidos, abandonados, con electrodomésticos y muebles desperdigados por todos lados. Hasta el cementerio fue arrasado por las aguas del Chico.